Israel Sánchez
Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO 08-Jan-2024 .-Tras sortear el último par de años varios impedimentos que postergaron su lanzamiento, la misión espacial Colmena de la UNAM finalmente partió este lunes desde Cabo Cañaveral hacia la Luna.

«A la 1:17 AM de este 8 de enero, México hizo historia al despegar el cohete Vulcan Centaur con la nave espacial Peregrine, que llevará a #COLMENA a la #Luna», informó en su cuenta de X el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), en cuyo Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) se gestó la misión.

«Con este proyecto, la #UNAM se ha vuelto pionera en el desarrollo de micro-robótica espacial, la cual es un área tecnológica que tendrá gran auge en los próximos años, cuando se impulse la minería espacial», agregó el Instituto.

Este proyecto consta de cinco diminutos robots en forma de engranes, con una masa menor a los 60 gramos y apenas 12 centímetros de diámetro, los cuales operarán colectivamente en suelo selenita cual hormigas o abejas. De ahí el nombre de Colmena.

Un hito de exploración lunar al cual le ha apostado el LINX, encabezado por el físico y doctor en Ciencias Gustavo Medina Tanco, buscando el balance óptimo entre ligereza y resistencia como para, primero, que los microrrobots soporten el vuelo espacial, y que sean capaces de «sobrevivir» y desplazarse en las condiciones inhóspitas una vez conseguido el alunizaje.

«Es importante señalar que el despegue fue uno de los tantos retos que enfrentará la misión; los próximos serán la puesta en órbita y el alunizaje. Este último se tiene previsto para el próximo 24 de febrero», expuso el ICN.

«A diferencia de otras cosas que se hacen por ahí en el País, esto no es un evento mediático de querer ir a la Luna. No, nuestro objetivo no es ir a la Luna, es hacer un sistema que se pueda utilizar comercial y científicamente en la Luna en la década que viene. Eso es lo importante, y eso requiere varias misiones», adelantaba Medina Tanco en septimebre del año pasado.

En otras palabras, estos pequeños dispositivos han sido creados como prueba piloto de un ambicioso plan para que México eventualmente lidere el nicho de microrrobótica en aplicaciones espaciales.

Y si bien el plan inicial era lanzarlos a mediados de 2021, situaciones como la pandemia de Covid-19, cambios imprevistos y hasta un par de explosiones retrasaron el lanzamiento de Colmena hacia el satélite natural de la Tierra, donde se espera que los microrrobots puedan sobrevivir al hostil ambiente y analicen el regolito -polvo radioactivo y cargado electrostáticamente que flota a 30 centímetros de la superficie-.

«Un buen día, nosotros ya teníamos todo desarrollado, inclusive prácticamente construido y validado, y de repente nos hablaron y nos dijeron que cambió el cohete del lanzador», contó a REFORMA Medina Tanco (Jujuy, Argentina, 1962), quien esperaba que la misión pudiera partir el último trimestre del año pasado.

«Hubo que cambiar absolutamente todo, todo. Casi, casi se tuvo que hacer la misión de nuevo. (…) Se tuvieron que cambiar desde los robots, el número, su tamaño, sus capacidades mecánicas, y rediseñar todo el sistema de despliegue (en la superficie lunar)».

Hoy que por fin se ha lanzado la misión, investigadores de diferentes campos celebran la materialización de tan ambicioso esfuerzo.

«La UNAM siempre a la vanguardia. Mucha suerte al equipo de estudiantes e investigadores de la UNAM que hacen posible creer en los sueños», publicó en X el biólogo Omar Arellano Aguilar.

«Día histórico para la UNAM y la ciencia en México, en que los cinco microrrobots -¡de 60 gramos!- de la misión #Colmena desarrollados por Gustavo Medina Tanco y sus estudiantes van ya hacia la Luna. Estaremos pendientes de este proyecto espacial. ¡Éxito!», escribió -por su parte- la química farmacobióloga y divulgadora científica Carol Perelman.