Desde finales del siglo XIX a la actualidad los cambios en las costumbres, los estilos de vida y los hábitos de consumo han tenido una incidencia directa en la estructura y la decoración interior de los hogares, una evolución que analiza una nueva exposición en el Museo ADAM de Bruselas.

La idea, explica a Efe el comisario de la muestra, Benjamin Stoz, es sobre todo «hablar de la historia del interiorismo en Bélgica» a través de muebles, piezas, fotografías y revistas que analizan la arquitectura, el diseño y la decoración desde finales del siglo XIX.

Entre los objetos figuran sillas, sofás, mesas, lámparas o electrodomésticos cedidos por museos como el Centro Pompidou, el Museo de Artes Decorativas de París, la Fundación Rey Balduino y distintas colecciones privadas.

Según Stoz, uno de los mayores cambios en el interiorismo se produjo «con la llegada de la sociedad de consumo en los años 60», cuando la idea de que un mueble que se iba a quedar en casa «toda la vida» o lo heredarían los hijos es sustituida por otra, la del cambio hacia una decoración «más de moda, más divertida», pensada para poder ser desechada tras su uso.

En esa época el progreso técnico se idealiza, los electrodomésticos se convierten en una herramienta esencial en los hogares y los muebles adquieren un estilo más informal y cómodo.

Ese nuevo mercado en los 60 favorece la expansión de marcas como Meurop en Bélgica, Hábitat en el Reino Unido o Prisunic en Francia.
El comisario de la exposición explica que desde los años 80 el diseño interior se ha «popularizado» y que en la actualidad las redes sociales tienen «una influencia muy grande» en el interiorismo.

En particular menciona la importancia de Instagram, donde «se ven muchas imágenes de todo el mundo e influencias de decoradores y arquitectos y eso influye mucho en el gusto de la gente».

En cuanto a las nuevas tendencias, Stoz se refiere en particular a la covivienda, consistente en viviendas donde distintos inquilinos comparten espacios comunes, desde la cocina a la zona de lavandería, algo que empieza a aparecer en Bélgica y que está en boga en Holanda y Alemania.

Entre las piezas más especiales de esta muestra, el comisario destaca un conjunto de comedor diseñado por el arquitecto belga Jacques Dupuis «que consiste en una pieza muy rara que no se suele ver en los museos, de estilo funcionalista de los años cincuenta, con un toque muy interesante en los detalles de ensamblaje de las piezas».

La exposición «Spaces: una historia del diseño interior en Bélgica», que se puede ver hasta el próximo 3 de noviembre, está articulada en torno a cuatro tipos de vivienda: la casa bruselense, la residencia señorial, los apartamentos y los lofts.

También analiza distintos estilos, como el modernismo de antes de la primera guerra mundial al art déco o el high-tech de los setenta.

Fuente: Agencia EFE

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