Unos días después de la
celebración del día del amor y la amistad empezarán las  pre campañas para
elegir los candidatos que competirán por el puesto de alcalde en los treinta y
ocho municipios del estado, aunque ya pareciera que quienes se apuntan para tal
efecto están ahora mismo en campaña, si no ellos mismos, los medios se ocupan
de darles tiempo en sus notas, programas y shows.

Ante tal acontecimiento hay un
fenómeno que me sorprende elección tras elección, el nacimiento de dos mil
quinientas Asociaciones Civiles que según sus asociados se crean en pos de
salvar, proteger, cuidar y ayudar a los grupos más vulnerables de nuestra
sociedad.
Así año tras año electoral, nacen
asociaciones como Jóvenes Unidos por Coahuila, Mujeres por un Coahuila Mejor,
Abogados Revoltosos de Coahuila, Estudiantes Comprometidos por la Sociedad y
así cuanto nombre pomposo y “original” se les ocurre, todas ellas creadas con
el único fin de proveer un grupo cautivo para engordar cuanto mitin, pega de
calcas, reunión o marcha se les invite a participar.
Así se promueven placenteramente
en entrevistas de radio, televisión y prensa, comentando cómo pretenden ayudar
a la ciudadanía con planes elaborados, con un sinfín de actividades y un más
grande número de objetivos de orden social, sin embargo todas estas buenas
intenciones sólo ocurren durante los tiempos electoreros y una vez que su
candidato gana o pierde, estas asociaciones desaparecen y quien las dirigió si
es que su candidato ganó, pasan a engrosar las ya rellenas nóminas
gubernamentales. Como graciosamente lo tuvo a bien decir algún burócrata del
estado al subir al elevador de palacio de gobierno “pásenle, si cabemos; si
cabemos en la nómina, que no quepamos aquí”.
Creo que en esta clase de
organizaciones rige el principio de “el fin justifica los medios”, puesto que
en tiempos de elecciones prometen tanto o más que los candidatos, primero a
quien invitan a formar parte en su organización le prometen un puesto seguro en
gobierno cuando gane su candidato, después le prometen a su candidato abarrotar
los eventos con su asociación y llevar a sus asociados a cuanta actividad
proselitista se les requiera, así como prometen una equis cantidad de votos en los
distritos electorales en los que se requiera su ayuda; estas promesas si se
incumplen no generarán más que un descontento en quien en un principio se
asoció a un proyecto que creyó le repercutiría en un bien personal.
Pero las promesas que hacen estas
asociaciones a quienes realmente necesitan de apoyos, a los grupos vulnerables,
esas promesas incumplidas son las que realmente causan un agravio mayor, pues
sólo se acercan a estos grupos para asegurar un voto, lo cual sería correcto si
así se lo hicieran saber a la población, empero se refugian en sus siglas de
A.C., y se enfundan en trajes de héroes sociales sólo para obtener un triunfo
electoral no más.
Estamos empezando febrero, ya
están a la vuelta las campañas electorales, vamos a ver cuántas asociaciones
civiles empiezan a desfilar con bandera de próceres de la patria,
salvaguardas  de los derechos sociales y
luchadores incansables por la justicia social, para terminar siendo sólo un
nombre pomposo,  un grupo de animadores
pegando calcas y bailando al son de la cumbia por los cruceros de la ciudad.

Lic. Luis Fernando Pruneda Gutiérrez