Tuve una cena familiar, de esas incomodas, en algunas ocasiones fría como un gran hielo,
de esas donde los comentarios se vuelven poco cómodos, aparecen silencios eternos peor
que en salón de primaria cuando la maestra pregunta algo y nadie estudió, pero todo esto se
vuelve más llevadero con los sobrinos cuando hacen preguntas un tanto irreverentes y te
demuestran lo observadores que pueden llegar a ser.
En dicha cena una de mis sobrinas creyó prudente presentar a Carlos quien es ahora hasta
el día de hoy (quien sabe mañana) su novio, mi sobrino el más callado pero no por eso más
discreto le preguntó con toda tranquilidad -¿Qué le pasó a Luis?- al mencionado lo había
llevado un mes anterior y la relación al parecer fue tan duradera como slogan de gobierno
en crisis. La prima solamente quería que la tierra se lo tragara no sin antes comerse con la
mirada al infante impertinente, pero en ese memorablemente momento ella solamente
sonrió y cambio de tema drásticamente.
Para no dejar de sacer temas incómodos uno de mis tíos puso sobre la mesa el tema de la
“infidelidad” al parecer dicho tema pertubó a más de uno porque enseguida la mitad de la
mesa se enderezo como si fueran a empezar a hacer yoga. Mi tía mencionó que
posiblemente su difundo esposo le haya sido infiel múltiples ocasiones y antes de que los
integrantes de la mesa hicieran algúnn comentario remató diciendo -yo fui la catedral
mientras las otras fueron simples capilla- lo dijo con tanto orgullo como si hubiera dicho
¡soy mexicana! Un 15 de septiembre.
Los musulmanes de la India pueden tener varias esposas, todos conoemos a más de uno que
quiere aplicarla en tierras mexicanas, las esposas terminan sabiendo hasta que se convierten
en viudas y no saben a quién le debe pertenecer el muerto. La esposa del ex presidente Díaz
Ordaz luchó con el escrutinio público, la amante de su marido, Doña Irma Serrano “La
tigresa”, con singular alegría le llevo a Lupita (la entonces primera dama) una melodiosa
serenata, remantando el evento con una sonora cachetada hacia el mandatario que le
costara la salud de uno de los ojos.
Pablo Picasso (pintor) le era infiel a su esposa con una modelo (no se vale decir que lo
hacía para inspirarse), la conocida Gala que en más de una ocasión se la jugó chueco a
Salvador Dalí, esa mujer se sentía fuertemente atraída por los hombres “interesante$”, y si
vamos a parejas que se eran infieles mutuamente basta con voltear a ver nuestros billetes de
quinientos pesos (o pedir uno prestado uno un momento) para ver un claro ejemplo de una
pareja infiel: Frida Kahlo y Diego Rivera.

La lealtad y fidelidad son palabras que han perdido valor, en tiempos de cambios de
gobierno vemos en distintas instituciones un sin número de movimientos. Sabemos que los
cambios pueden ser buenos, pero ¿los trabajadores son fieles? No nos referimos a una
persona, sino alos ideales. Vemos algunos brincando de un lado a otro tratando de
sobrevivir o irse con “el compadre”, bien por aquellos que les va mejor pero…¿la
continuidad del trabajo? ¿su compromiso con la institución y la sociedad? Cuantos
proyectos no se han quedado a medias o se han suprimido por ser de una administración
anterior, la fidelidad no solamente se puede dar entre las personas sino también en
compromisos, trabajos y compromisos.
La fideliad no es cuestión solamente del alcoba, también de escritorio, de ideología.
Cuantos artistas no hemos visto arrepentidos por no sentirse fiel a su trabajo. Andy Warhol
en más de una ocasión prefirio no mostrar su trabajo por no sentirse leal consigo mimso.
Pero esto lo podemos discutir con una taza de café.

“La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualarse a otra más grande que ella”
Johann W. Goethe

Por