Cuando iniciaba la grabación del programa de Televisa, Tercer Grado, en donde algunos periodistas, especializados en opinar, entrevistan a los candidatos a la presidencia de México, escucharon de voz de Margarita Zavala que declinaba a su candidatura independiente a la presidencia de la república, reconoció que no tenía posibilidad de ganar la elección,

La entrevista planeada con anticipación cambio de inmediato. Los periodistas se dispusieron a escuchar las razones de Margarita Zavala y, dicen los que estuvieron ahí, que de inmediato se transformó en una mujer más relajada, había dejado abajo el enorme peso que se puso en la espalda al buscar ser la primera candidata independiente y la primera mujer en conquistar la presidencia de México.

Su discurso en la entrevista fue otro, aprovechó el espacio que le brindó Televisa para dar la noticia de lo que hará en el futuro. Dijo que construirá un movimiento cívico a partir del 2 de julio porque considera que en el país la política está fracturada y sin valores ni referentes, en donde se ha impuesto un pragmatismo salvaje al que no le importa el pasado y la historia, sino la ambición sin límites del poder por el poder.

a sin el peso de su accidentada campaña a cuestas, Margarita Zavala articuló un discurso fluido en la entrevista de Tercer Grado, se refirió a los valores que siempre enarboló el panismo, que se oponen a la mala práctica que hoy se expande por la política mexicana. Explicó a sus entrevistadores que se había bajado de la contienda electoral como consecuencia de la reflexión sobre lo real y lo posible y la conclusión fue que hoy se encuentra estancada en el cuarto o quinto lugar de las preferencias electorales, que muestran las encuestas, cuando hace un año aparecía como la única capaz de derrotar a López Obrador.

Margarita Zavala declinó y liberó a sus seguidores para que voten según su conciencia. Mediante un video publicado en redes sociales expresó: “No he negociado nada con nadie, yo no estuve en esta contienda por cargos o por posiciones de poder, estuve con valor y con valores porque quiero lo mejor para nuestro México.”

“Voten en libertad, en conciencia, por quien ustedes quieran; los votos son de ustedes, de los ciudadanos, no de los políticos ni de los líderes, ni mucho menos de los partidos”.

La primera candidata independiente a la presidencia se fue y ya no estará en 20 de mayo en el debate que se realizará en Tijuana. Hizo bien en irse. Estaba nerviosa, se le notaba insegura. La contra propaganda de sus adversarios no dejaron de referirse a ella como “la esposa de Felipe Calderón” y ella no tuvo en ningún momento la intención de deslindarse de la responsabilidad histórica que afecta el prestigio del expresidente que, ante la historia tiene haber declarado la “guerra” a la delincuencia organizada que, en su sexenio, sumó más de 100 mil muertos.

Esa lapida la trajo en su peregrinar por el país.

Aunque antes de que arrancara la etapa formal de la disputa por el poder y cuando todavía no se manifestaba la ambición de poder de Ricardo Anaya, la exprimera dama aparecía en las encuestas como muy “competitiva” cuando su trayectoria política no la calificaba como alguien con experiencia en las campañas, su paso por el Poder Legislativo fue por la vía plurinominal, empujada por el
entonces dirigente del PAN, Felipe Calderón.

Es un hecho que, el dominio de los partidos del proceso electoral se hace sentir en las candidaturas independientes y, tratándose de la presidencia de la república, la desigualdad se acentúa sobremanera, empezando con la obtención del registro mediante más de 850 mil firmas de apoyo de los ciudadanos, acreditados mediante su credencial de elector; el financiamiento de la campaña, inferior al de los partidos; el acceso a los medios; la disposición de la herramienta de difusión
en que se han convertido los spots, Margarita Zavala tenía solo 23 en toda la campaña y demás.

Informó el Instituto Nacional Electoral que no será posible quitar de la boleta electoral el nombre de Margarita Zavala, por lo que quien la vote lo hará sin efecto legal. Tampoco estará en el segundo debate presidencial en Tijuana y no sabremos qué piensa de la frontera y los problemas que afectan a los millones de mexicanos que viven en esa zona del país, ahora agredida por la agresiva visión
vecinal del Donald Trump.

Margarita Zavala, dicen algunos especialistas en opinión, regresará como una política que tiene mucho que aportar al país, será portadora de valores, como si su misión en el futuro fuera recuperar lo que queda del PAN, el partido que llevó a su esposo a la política, al poder y a ella de su mano.

Si regresa en unos meses, Margarita Zavala podría iniciar una campaña de seis años, como López Obrador, empezando por la construcción de un movimiento cívico, que podría evolucionar hasta convertirse en un partido. Es el modelo de la disputa por el poder sin límites. Seguramente nos dirá que lo hace por nuestro bien y que su actividad no tiene nada que ver con un “pragmatismo salvaje al que no le importa el pasado y la historia, sino la ambición sin límites del poder por el
poder.” Ya veremos.

Fuente: Yahoo.com

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