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Marketing Electoral
Arnoldo Huerta Rincón

“El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.”
Ambrose Bierce

La semana pasada tuve la oportunidad de asistir al Foro de Marketing Electoral, mismo que se celebró en Ciudad Victoria, Tamaulipas; felicitando por la organización del foro a Jorge Jácome Guajardo, Enrique Diez Piñeyro Vargas, Carlos Azcárraga Ibargüengoitia y Juan José Luna Saeb. Estuvieron exponentes de primer nivel, especialistas en mercadotecnia política, de los cuales pude aprender algo sobre el tema, posiblemente cuestiones que eran deducibles por lógica, pero que no había tenido la oportunidad que me fueran explicadas con tanta claridad, ni por personas expertas en el tema, entendiendo lo siguiente.
La mercadotecnia electoral o política se puede entender como las técnicas empleadas (investigación, planificación, entre otras) para que un candidato o un grupo político sea del gusto del electorado, en otras palabras, se encarga de diseñar un candidato, su campaña, su mensaje y su oferta para que todo sea aceptable y confiable, con ello, lograr el anhelado voto masivo.
El político tiene que conectar con la gente, conseguir que las personas se identifiquen con él, sobre todo que se gane la confianza. Un buen ejemplo de esto es el Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, quien ha sabido vincularse con su población de muchas maneras, desde como maneja sus redes sociales, hasta la manera de solucionar problemas, como lo hizo en una ocasión al solucionar un asunto racial entre el profesor de Harvard, Henry Louis Gates y el sargento Crowley, invitándolos a beber tarros de cerveza en el patio de su hogar, haciéndola de mediador.
En México, la formalidad en el ambiente político o en el servicio público, es una etiqueta muy marcada, según los especialistas en el tema, cuando un político se burla de sí mismo en programas televisivos, le beneficia, se hace popular y agrada a la gente, como usualmente se hace en nuestro vecino país del norte.
Por otra parte, se dice que la imagen es una construcción que los seres humanos hacemos de los que observamos, por lo que la imagen pública de un candidato o político es relevante, según cómo actúan es la manera en que la ciudadanía los percibe; y la percepción se basa en dos elementos básicos: 1) el conocimiento previo que los votantes poseen sobre el candidato y 2) el mensaje proyectado por dicho político.
Al final, lo que pude concluir es que la mercadotecnia político-electoral es lo que hace ganar un candidato en las elecciones, la manera en que se “vende”, en que logra que el público “compre” su “producto”,  es un trabajo sumamente importante en los tiempos electorales, y desgastante; lo ideal sería que públicamente se comportaran fueran como generalmente sobrellevan su día a día, fuera de disfraces, de etiquetas impuestas, aunque de acuerdo a Nicolás Maquiavelo la política es el arte el engaño, ¿será?
RECOMENDACIÓN SEMANAL: Libro “La fiesta de la insignificancia” del autor checo Milán Kundera.