OPINION.
Adrián Garza Pérez
agpconsultor@gmail.com
ABORTO. “La batalla que viene”.
Con este título que augura pelea y escisión social, ha descrito el periódico “EL Observador (Periodismo Católico, Fe Que Se Hace Cultura)”, la controversia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por un recurso de inconstitucionalidad en contra del código penal de Tlaxcala. Advierte el medio, que los efectos de la votación podrán afectar a todo el país. La protección “al concebido no nacido”, es el centro de la discusión. Y claro que hay controversia, ¡están discutiendo la protección a la vida!
“Tlaxcala forma parte de los estados que considera el aborto como un delito grave, por lo que las mujeres acusadas no podrán seguir el proceso en libertad. Sin embargo, la entidad no forma parte de los 17 estados que desde 2008 reformaron sus constituciones locales para proteger la vida desde la concepción-fecundación, con lo que se dio paso a que en los hechos se criminalizara la interrupción del embarazo. Al respecto, recientemente la SCJN sometió a discusión las controversias constitucionales presentadas por los municipios de Arroyo Seco (Querétaro), Asunción Ixtaltepec (Oaxaca) y Uriangato (Guanajuato), contra tales reformas”.
No criminalizar a la mujer es sin duda un capitulo de gran trascendencia en este importante tema, ¿cómo encontrar la fórmula exacta que proteja al nonato, con vida desde la fecundación, y el no dar castigo penal a la mujer que aborta? “Empezar por el principio”, que sea explícito en la letra de todos los códigos penales del país el que la vida principia desde la concepción, y que el nonato, como ser vivo, tiene, por consecuencia legal, el derecho a la vida. Luego, quedará el desafío de la redacción jurídica, del cómo despenalizar a la mujer, sin promover el aborto como forma legal.
Los derechos humanos son amparo al desprotegido, son garante de justicia y derechos, pero, en la práctica de los hombres, son también: pretexto político, promoción de gobiernos iluminados, y hasta obstáculo de protección a la vida. La CNDH, institución que debe velar por los derechos humanos y que promueve su respeto, ha librado en la etapa reciente, luchas internas y desvaríos politos, que le han restado presagio. Ha resultado vilipendiada desde el poder y desde una suerte de poderes fácticos, que la han evidenciado. La elección de su presidente, tuvo que ser resuelta luego de ternas propuestas por los tres partidos grandes. Un abogado con historia política, aunque no partidista, resultó presidente. Gobierna los derechos humanos del país, una institución en recomposición.
Una vez descrita la realidad de la CNDH, les diré que esta comisión tiene un criterio jurídico que la ha movido a imponer una controversia constitucional (un recurso de inconstitucionalidad) pues considera que “se protege excesivamente al concebido no nacido”, según la nota del referido periódico “El Observador”, de fecha 12 de abril del 2015. ¿Qué tal resultó el defensor de los derechos humanos?
La academia se manifiesta, la investigadora del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), Aracely Ornelas opina “no existe el derecho al aborto en ningún tratado internacional, ni en ningún pacto que vincule a México, por lo cual en el marco de los derechos humanos no tendría ningún fundamento para decir que es inconstitucional”. La investigadora no se queda ahí, en el análisis simple, pone el dedo en la llaga, y analiza el panorama: “La discusión es relevante no solo para Tlaxcala sino para todo México, pues los argumentos de la declaración de inconstitucionalidad serían obligatorios para todos los jueces. Esto significa que en cualquier estado de la república una mujer podría ampararse y abortar, si se cumplen los criterios que establece la Corte. Ello sucedería aun en los estados donde se protege la vida desde el momento desde la concepción. Por lo tanto estaríamos ante un escenario donde se le quita toda protección al concebido no nacido.
Coahuila, estado conservador y familiar, se ha manifestado en contra de la despenalización del aborto por dos razones básicas: El gobierno lo pretende sin consultar a nadie, y cuando ha hecho otras reformas legales que afectan a la sociedad y sobre todo que atentan contra LA FAMILIA, se ha ido a extremos velados, como las adopciones por matrimonios homosexuales. Nadie quiere penas a la mujer, pero nadie permitirá que con ese pretexto, aunque valido y justo, se promueva el aborto libre e irresponsable. El gobierno postergó la ley del aborto en Coahuila hasta después de las elecciones, bien sabe que de mantener el tema, les costaría votos a sus candidatos. ABORTO. ¡La batalla que viene!