Los programas de apoyo a migrantes que el gobierno federal había comprometido no se están ejecutando, denunció el sacerdote Paulo Alfonso Sánchez Valencia en Monclova.
El religioso es el titular de la Pastoral de Derechos Humanos y Protección a Migrantes de la Diócesis de Saltillo.
Consideró que la falta de apoyo a los desplazados ocurre como consecuencia de presiones ejercidas por el gobierno de Estados Unidos al mexicano.
Desde la casa de atención a migrantes en Frontera, el líder religioso explicó que el flujo de personas en tránsito no se ha detenido, aunque su presencia en la Región Centro de Coahuila es cada vez menos visible.
“Sabemos que hay migrantes en la zona”, dijo, “pero no se sabe cómo están llegando. El flujo sigue, la frontera se sigue llenando, pero de una manera muy sigilosa”.
En las últimas semanas han albergado entre ocho y nueve personas, concretamente dos familias. Sin embargo, de enero a la fecha han pasado por la casa de atención aproximadamente entre 114 y 150 migrantes.
Los programas de apoyo a migrantes no se están aplicando
Según el padre Sánchez Valencia, muchos migrantes ahora buscan establecerse en México. “Algunos de los que han pasado por aquí están regresando a Monterrey, a Torreón o a lugares donde ya trabajaron antes y pueden tener un ingreso más estable”, comentó.
Pese a este nuevo comportamiento, señaló que actualmente no hay programas de apoyo activos por parte de organismos internacionales ni del gobierno federal. Mencionó que, aunque se prometieron servicios de salud y ayudas económicas temporales para los migrantes, “no se están llevando a cabo como lo había determinado la presidencia de la República”.
Entre los apoyos anunciados, destacó el acceso a servicios de salud y algunos aportes económicos para cubrir necesidades básicas durante su estadía. “No se están otorgando ni a los deportados que vienen de Estados Unidos, ni a los que están de paso o ya establecidos en Coahuila”, afirmó.
El flujo migratorio sigue, pero con rutas reinventadas
El sacerdote aseguró que los migrantes han modificado sus esquemas de traslado. “Ahorita pudiéramos pensar que ya no hay migrantes, pero no es así. Se reinventaron completamente para poder seguir llegando a Estados Unidos o a otras fronteras”, subrayó.
También reveló que instituciones con proyectos financiados por organizaciones de Estados Unidos han sido afectadas por recortes presupuestales. “Teníamos un proyecto con Cáritas de San Antonio, pero por motivos de recorte total al presupuesto ese proyecto se truncó”, lamentó.
En cuanto al papel del gobierno federal, señaló que las instituciones con registro nacional son las únicas que han mantenido un diálogo cercano con las autoridades, aunque hasta el momento no hay avances concretos. “Los proyectos que ya estaban determinados para ayudar a los migrantes, por el momento, no se están ejecutando como el gobierno había anunciado”, insistió.
Finalmente, sostuvo que esta parálisis en la atención a migrantes obedece a la presión directa del gobierno estadounidense. “Lo que estamos viendo es que se frenó el apoyo por esa presión. Es una regla que estamos tratando de interpretar, pero es clara”, concluyó.
