El expresidente endurece su discurso económico rumbo a las elecciones; lanza advertencia directa a la tecnológica por su producción en Asia
Estados Unidos.– En un nuevo episodio de presión política y económica, el expresidente Donald Trump advirtió públicamente a Apple que impondrá un arancel del 25 por ciento a sus productos si no traslada la fabricación de iPhones a territorio estadounidense.
La declaración se dio a conocer este fin de semana a través de sus redes sociales, donde el exmandatario reafirmó su intención de “recuperar empleos americanos” y fortalecer la industria nacional. “Apple debe fabricar sus productos en Estados Unidos. Si no lo hace, deberán pagar impuestos elevados por cada teléfono que entre desde el extranjero”, señaló.
La postura de Trump se da en un contexto de creciente tensión comercial con Asia y la Unión Europea, así como de cara al proceso electoral de 2024, en el que busca posicionarse nuevamente como una opción fuerte en el espectro republicano. Desde el arranque de su precampaña, ha reiterado que combatirá lo que considera “desventajas injustas” para los productores estadounidenses frente a las cadenas globales de manufactura.
Actualmente, Apple produce gran parte de sus dispositivos en China e India. A decir de expertos en economía, un traslado abrupto de sus operaciones al país norteamericano implicaría una transformación profunda en su modelo de producción, elevando significativamente los costos. En consecuencia, los consumidores podrían ver incrementos importantes en los precios finales.
El anuncio provocó una reacción inmediata en los mercados bursátiles: las acciones de Apple cayeron, mientras que el Dow Jones registró un descenso al cierre de la jornada. Por su parte, portavoces de la tecnológica no han emitido postura oficial.
Esta no es la primera vez que Trump lanza amenazas de este tipo. Durante su presidencia, aplicó medidas similares a otras empresas del sector automotriz y tecnológico, apelando siempre al discurso de soberanía económica.
El tono de la advertencia, aunque polémico, conecta con un sector del electorado que respalda una política económica proteccionista. Para analistas internacionales, la amenaza a Apple podría ser el primer paso de una estrategia más amplia, con la que Trump buscaría condicionar el rumbo de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y sus principales socios.
Mientras tanto, en Silicon Valley se mantiene la expectativa sobre si la administración de Joe Biden tomará una postura oficial frente a la nueva presión política sobre Apple, o si dejará que el conflicto escale en medio de una campaña electoral cada vez más polarizada.