PUERTO MORELOS, QR 01-Mar-2024 .-Quedan unas horas para que inicie la veda electoral y el Presidente Andrés Manuel López Obrador quiere aprovechar hasta el último momento.
Habla y habla. En la mañanera, en el primer piso de la Estación Puerto Morelos del Tren Maya, en la planta baja de la misma sede, en las escaleras eléctricas, en su cuenta de X.
Gustoso de las frases populares, López Obrador está hablando «hasta por los codos» a 12 horas de que, teóricamente, no pueda llamar al voto ni promocionar obras o programas.
Lo mismo ataca a la empresa Calica en Quintana Roo, advierte «nerviosismo» de sus adversarios o acusa la falta de reglas para saber lo que no puede decir a partir de hoy.
«No sé qué tienen, los he notado últimamente muy sensibles, no los puedo tocar ni con el pétalo de una rosa y se ponen enojadísimos y mientan madres», acusa.
«No sé qué les pasa, ya voy a seguirles recomendando el té de flor de tila o el Passiflorine», agrega afuera de la estación Puerto Morelos, donde habla bajo el rayo del sol.
En la red social X incluso hace una lista de sus eventos desde el viernes de la semana pasada, con el mensaje «cerramos bien febrero».

Tercera inauguración
A las 11:50 horas, López Obrador aborda el Tren Maya. Se dispone a inaugurar el tramo Cancún-Playa del Carmen.
Es su último acto público antes de la veda por las campañas. A partir de hoy, el mandatario sólo hará giras privadas y no inaugurará obras o encabezará actos públicos en tres meses.
También por eso llenó su agenda de los últimos días. El lunes en Oaxaca, el martes en Estado de México y San Luis Potosí, el miércoles en Chiapas y Yucatán, ayer en Quintana Roo.
López Obrador va acompañado de empresarios como Daniel Chávez, de Vidanta, y Bernardo Gómez, de Televisa. También de representantes de las empresas ICA, Alstom, Carso y Grupo Indi, y de los mandatarios de Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
Antes de subir al vagón delantero, acompañado de la Gobernadora morenista Mara Lezama, el tabasqueño alza los brazos cuando ve a fotógrafos a bordo. Un día antes dijo que «no hay nada grave» en seguridad.
Más tarde diría que es un día de fiesta, aunque es ya la tercera «inauguración» del Tren, después de los recorridos que hizo los días 15 y 31 de diciembre.
El trayecto, de 45.6 km, forma parte del polémico Tramo 5, que ha impactado a cavernas subterráneas con la colocación de pilotes que soportan el viaducto elevado.
El Tren sale a las 11:57 rumbo a Playa del Carmen. Es un trayecto que costará 99 pesos a pasajeros locales, 148 pesos para nacionales y 197 pesos para internacionales.
«Háganme el favor de tomar asiento, les estoy diciendo bien», ordena enérgico un elemento de la Guardia Nacional a bordo del Tren.
A las 12:20 horas llega a la Estación Puerto Morelos. El Presidente desciende y, lo que sería un recorrido breve y privado, se convierte en una mañanera más corta.

Tres meses de veda
Sin pregunta de por medio, mientras sus invitados arman bullicio a unos cuantos metros, se suelta hablando del Tren, de las acusaciones de daño ambiental, de la veda.
«Ya no se puede inaugurar nada mañana (hoy), ya hoy (jueves) es el último día, porque empiezan las campañas y hay una veda de tres meses que se debe respetar», dice.
«Lo único es informar sobre obras, asuntos que tienen que ver con la seguridad pública, con la protección civil, con el bienestar del pueblo, pero ya nada de política partidista».
Aunque dice que la veda se respeta y promete «nada se politiquería», también reitera que seguirá hablando de política, porque ésta se prevé en la Constitución.
«Van a querer ir a provocar a las mañaneras, hay mucho dinero», dice en una de las salas de espera de la estación.
Ahí se queda hablando alrededor de 20 minutos, mientras el Jefe de la Ayudantía, Daniel Asaf, le toma video y un militar le sostiene el micrófono.
Luego hace un recorrido por la estación rodeado de medios. Va respondiendo preguntas y tomándose selfies mientras baja unas escaleras.
Afuera hace otra pausa para hablar 15 minutos más. Vuelve a tocar el tema de la veda y las restricciones que tendrá a partir de este viernes.
En total, López Obrador habrá hablado alrededor de 45 minutos en Puerto Morelos, donde «youtubers» aprovecharon para pedir saludos y fotos, y disfrazar gestiones de preguntas.
Ya por la mañana había hablado tres horas en su conferencia diaria, a un costado de la estación de Cancún, cuyas obras complementarias aún no están concluidas.
Cuando López Obrador se dirige nuevamente al Tren, camina a una escalera eléctrica para subir al primer nivel, pero ésta se detiene a la mitad.
Al Presidente no le queda de otra que subir los escalones, pero eso no le impide seguir hablando y mandando saludos y tomarse fotos.
«Lo difícil lo logramos, porque luchar por la transformación de México es siempre caminar en pos de una bella utopía», agrega más tarde en sus redes al llegar a Playa del Carmen.