MONTERREY, NL 06-Feb-2024 .-La industria aeronáutica en México empieza a retomar el vuelo y en el 2023 habría superado los 9 mil 700 millones de dólares en exportaciones registrados en su año récord del 2019, previo a la pandemia, para llegar a los 10 mil millones, proyectó Luis Lizcano, presidente de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia).
La estimación se da pese a la revisión de aviones 737 MAX que está haciendo Boeing a nivel mundial y en donde cualquier ajuste podría impactar a los proveedores en México, pero la dinámica del nearshoring y la demanda de más aeronaves a nivel internacional ayudará a contrarrestarlo.
Aunque todavía no hay cifras oficiales de las exportaciones, Lizcano explicó las expectativas son buenas, incluso prevé que en el 2024 puedan rebasar los 10 mil 700 millones de dólares.
«Cualquier movimiento en el mercado de aeronaves, sobre todo en programas como lo es el 737 MAX, afecta a México porque tiene una participación en esos programas y si los volúmenes suben o bajan, pues afecta, no somos ajenos a esos movimientos».
De todas formas, sostuvo, las perspectivas de México son muy buenas, con un alza de doble dígito desde un monto de 8 mil 200 millones de dólares de exportaciones registrados en el 2022.
Lizcano recordó que con el Covid las exportaciones cayeron en el 2020 a 6 mil 600 millones de dólares y paulatinamente se han recuperado por diversos factores.
Uno es la recuperación de pasajeros mundiales y otro es el nearshoring.
«Los grandes productores están haciendo una reingeniería y están tratando de desarrollar proveedores adicionales en áreas como en México», señaló.
Un elemento adicional que aporta es la expansión del subsector espacial, en el cual empiezan poco a poco a sumarse empresas mexicanas a la proveeduría de Space X y a la de su filial Starlink.
«Hay una tendencia de que México llegue a estar presente en el desarrollo de la industria espacial, aunque apenas se está desarrollando».
Pero por lo menos son seis empresas mexicanas que ya incursionaron en la proveeduría espacial, destacó.
Caso Boeing
Respecto al caso Boeing, Jaime Pérez, director del Aerocluster Monterrey, explicó que los proveedores de nivel 1 y 2 tienen que reforzar los estándares de calidad y el cumplimiento en la entrega de componentes.
Esto podría incluir auditorías más rigurosas y controles de calidad frecuentes, así como esperar una posible revisión de la cadena de suministro.
«Las interrupciones podrían afectar los plazos de entrega y los costos, lo que a su vez podría tener un impacto en la estructura de precios y la rentabilidad, así como impacto en órdenes, aunque el efecto no es inmediato debido al numero de ordenes que Boeing tiene.
«Este incidente (relacionado con el desprendimiento de una puerta de un 737 MAX de Alaska Airlines) puede afectar las previsiones para los años futuros y reducir las expectativas de ventas de todos los involucrados».