En lo que va del presente sexenio, en varias entidades de la República se han tenido problemas en el pago de las pensiones. En el momento de escribir estas líneas, docentes y burócratas estatales de Zacatecas siguen sin cobrar lo que por derecho y justicia les corresponde. El problema en el vecino estado, no solo involucra a los jubilados, los trabajadores activos también llevan más de 10 días sin cobrar su salario. Supongo que el Gobierno desconoce que la mayoría de los trabajadores, sean activos o jubilados, viven prácticamente al día.
A la par de ello se habla de una reforma al sistema de pensiones que implica una aportación que se incrementa de 12 a 16% por parte de los trabajadores, el establecimiento de 65 años como la edad mínima para la jubilación y una reducción del aguinaldo de 60 a 30 días.
Insisto, Zacatecas no es un caso aislado. Los sistemas de pensiones en buena parte del país se encuentran en crisis. A últimas fechas hemos visto las dificultades que tienen los gobernadores para cubrir aguinaldos y prestaciones de fin de año en varias entidades de la República. Todas las instituciones de seguridad social tienen problemas. El ISSSTE sobrevive gracias a las aportaciones extraordinarias que hace el Gobierno federal. Lo mismo ocurre con otras instituciones de seguridad social, incluida la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación de Coahuila.
Vamos tratando de entender el problema. Pensemos en Coahuila, para no creer que es algo ajeno a nosotros. Hagamos una sencilla línea del tiempo.
1.- En los años 60 se expide la primera Ley de Pensiones
2.- Durante los primeros lustros, Gobierno y trabajadores aportaban el 3.5% de la nómina.
3.- Cuando tuve la fortuna de ingresar al servicio educativo, allá en los años 80, éramos 10 trabajadores activos por un jubilado. El Gobierno aportaba el 20% de la nómina y los trabajadores el 5%. No había problemas para cubrir las pensiones en curso.
4.- Una década después se vislumbraba una crisis en el sistema de pensiones. Por lo mismo, se establecieron nuevas aportaciones por parte de los trabajadores para constituir fondos de contingencia.
5.- A inicios del presente siglo, la Dirección de Pensiones se dividió en tres cuentas institucionales: agremiados a la Sección 38, trabajadores de la Antonio Narro y trabajadores de la UAdeC. En esas cuentas se repartieron las reservas financieras existentes y la Sección 38 gastó parte de su dinero en comprar los bienes que tenía la Dirección de Pensiones (terrenos, salones, centros recreativos).
6.- En el 2001 nació el sistema de cuentas individuales con el cual se condenó a un futuro de miseria a las nuevas generaciones, sin resolver en lo inmediato el problema de pensiones.
7.- En ese mismo primer lustro del siglo 21, ante la falta de reservas, la cuenta institucional de la Sección 38, decidió poner en lista de espera a compañeros que ya habían cumplido sus años de servicio. Es decir, el trabajador llegaba a su edad de jubilación pero se le decía que no podía pensionarse hasta que no hubiera un presupuesto destinado a él, es decir, hasta que no falleciera un compañero jubilado. Algo parecido sucedió en años pasados en la Sección 37 de Baja California.
8.- Allá por el 2005 se estableció un convenio entre el Gobierno del Estado y la Sección 38 en el que se acordó un importante y trascendental incremento paulatino en las aportaciones patronales y de los trabajadores, además del compromiso de estos últimos a vender boletos de diversos sorteos. Se decidió que los jubilados también aportaran para su propia pensión. Ante tales medidas inició la etapa de amparos y de la falta de solidaridad.
9.- En el 2008 se cancelaron los sorteos y por consiguiente, la venta de boletos. Era latente la inconformidad de los trabajadores: todos traían boletos, no había a quién venderle y la mayoría terminaba pagando de su bolsillo. Era a final de cuentas un incremento en las aportaciones de los trabajadores. El colmo. Las ganancias anuales eran demasiado exiguas.
10.- En este momento hay 1.3 trabajadores activos por cada jubilado. Pero cabe aclarar que los jubilados en promedio perciben más que los compañeros en servicio. Hoy en día, gracias a ese importante convenio del 2005, el Gobierno aporta el 69.5% de la nómina y los trabajadores el 11%; y, aun así, no se completa.
Desde el 2011, cada mes, a partir del día 15, los dirigentes sindicales tienen que pasar varias horas en la Secretaría de Finanzas checando peso a peso lo que se necesita para completar la nómina; y los funcionarios del Gobierno estatal viendo de dónde obtener los recursos necesarios. Y no hablamos de cantidades menores. Pasamos de una aportación del Gobierno del 20% en los 80 a una del 69.5% más una erogación extraordinaria que implica tranquilamente otro 70%. O lo que es lo mismo, el Gobierno aporta siete veces más (en términos reales) que hace 30 años, por la sencilla razón de que hoy la proporción de activos y jubilados es siete veces menor.
No es un tema sencillo ni fácil de resolver. Afecta a todos los sistemas de seguridad social. Se requiere que el Gobierno federal aporte a las entidades federativas para sus sistemas de pensiones y no únicamente al ISSSTE y al IMSS. Se precisa de un acuerdo nacional para establecer reglas más homogéneas. Se necesita acabar de una vez por todas con el sistema de cuentas individuales que no genera estabilidad presente y que será sin duda un problema mayúsculo en el futuro. Y tomar conciencia de que las aportaciones que se hacen a pensiones complican seriamente negociaciones a otras áreas de la seguridad social como lo es el Servicio Médico que tantos recursos requiere. Pero de esto último hablaremos en una posterior entrega.
Una pregunta al azar
Se observan algunos calefactos en la Universidad Autónoma de Coahuila para relevar a Salvador Hernández. Faltan dos años para que culmine su gestión. Pero, a todo esto… ¿quién decide, quién manda, quién elige?
Opción 1) La comunidad universitaria: alumnos y trabajadores, pues la democracia es la principal característica de la UAdeC.
Opción 2) Salvador Hernández, actual rector, pues la institucionalidad vive y reina en la UAdeC.
Opción 3) Chema Fraustro, pues sigue siendo la mano que mece la cuna.
Opción 4) El Gobernador en turno, tal como ha sido siempre.
Fuente: zocalo.com.mx
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