El Ejército de Estados Unidos para África (Africom) denunció hoy que Rusia está expandiendo su influencia militar en Libia al igual que lo hizo en Siria, trasladando al país norteafricano aviones de combate y facilitando la llegada de Empresas de Seguridad Militar Privada (PSMC) como Wagner Group, propiedad del oligarca ruso Yevgueni Prigozhin, amigo íntimo del presidente, Vladímir Putin.

En un comunicado difundido a los medios, el jefe de Africom, el general Stephen Townsed, apoyó su denuncia con fotografías en las que se podía observar lo que parecían ser un cazabombardero Mig-29 Fulcrum y un Sukhoi Su-24 Fencer en vuelo hacia Libia desde una base rusa en territorio bajo control del presidente sirio, Bachar al Asad.

«Rusia claramente está tratando de inclinar la balanza a su favor en Libia. Tal como vimos que hizo en Siria, están expandiendo su presencia militar en África utilizando a grupos mercenarios apoyados por el Gobierno, como Wagner», afirmó.

La denuncia norteamericana se produce días después de que el ministro de Interior del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) sostenido por la ONU en Trípoli, Fathi Bashaga, denunciara el aterrizaje en Libia de seis aviones de combate rusos -cuatro Mig-29 y dos Su-24, que según su versión habían llegado escoltados desde Siria en apoyo a las fuerzas del mariscal Jalifa Hafter, el tutor del Ejecutivo no reconocido en el este de Libia y el hombre fuerte del país.

REPLIEGUE RUSO

Todo ello, un día después de que el alcalde de la ciudad -situada a unos 150 kilómetros al suroeste de Trípoli-, Salem Alaywan, asegurara que los mercenarios, en su mayoría miembros de Wagner Group, abandonaron sus posiciones con todo su equipamiento.

«Se marcharon en tres aviones rumbo (al oasis) de Jufrah», otra de las grandes bases áreas de Hafter en el centro de Libia, afirmó Alaywan. «Embarcaron todas sus armas pesadas tras llegar desde el frente de Trípoli», agregó.

El supuesto repliegue de los efectivos de Wagner Group -que también habría reclutado a mercenarios sirios- ha sido negado por las fuerzas bajo el mando de Hafter (LNA).

Según una investigación publicada a principios de marzo por la Agencia Efe, además de Wagner Group otros dos importantes Compañías Privadas de Seguridad Militar (PSMC) rusas están presentes en el este de Libia desde el pasado mes de enero: Moran Group y Schift Group, aparte de RBS Group, en el terreno desde 2017.

Hafter cuenta, además, con mercenarios sirios reclutados con ayuda de Moscú entre las filas de partidarios del presidente, Bachar al Asad, así como con «soldados de fortuna» sudaneses contratados entre las tribus árabes «Janjaweed» y vinculados al general Mohamad Hamdan Dagalo «Hemeti», miembro de la junta militar que derrocó al presidente Omar Hasan al Bachir.

MERCENARIOS SIRIOS RECLUTADOS POR TURQUÍA

El GNA cuenta en sus filas con mercenarios sirios reclutados por Turquía, que ha enviado a unos 10.000 a combatir a Libia en los últimos cuatro meses, según cifras del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.

Los mercenarios sirios, que según los expertos han contribuido a cambiar el signo de la guerra en favor del GNA, fueron esenciales en la reconquista, hace una semana, de la base aérea de Al Watiya, la más grande del oeste de Libia y una posición clave en el asedio que, desde abril de 2019, mantiene sobre la capital el mariscal Hafter.

De acuerdo con el Observatorio, la mayoría de mercenarios son veteranos de grupos de oposición islamista como las divisiones «Al-Mu’tasim» y «Sultan Murad» o las brigadas «Suqur Al-Shamal» o «Al-Hamzat and Suleiman Shah”.

UNA GUERRA MULTINACIONAL

En este contexto, un informe de Naciones Unidas filtrado a un medio alemán confirmó hoy la dimensión multinacional que ha cobrado el conflicto libio -la primera totalmente privatizada de la historia contemporánea- desde que hace 14 meses Hafter tratara de utilizar su ventaja territorial y militar para arrebatar la capital a las milicias salafistas que la controlan y al Gobierno impuesto por la ONU en 2016.

Según el texto, al menos una veintena de contratistas procedentes de Australia, Francia, Malta, Sudáfrica, el Reino Unido y Estados Unidos habrían sido trasladados en Libia hace un año en el marco de una operación secreta bautizada «Proyecto OPUS» en apoyo de las fuerzas lideradas por el mariscal.

Los agentes habrían embarcado en un avión especial fletado en Jordania bajo la identidad encubierta de un grupo de científicos que pretenderían realizar «investigaciones geofísicas e hiperespectrales» para el reino hachemí, otro de los países que, junto a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, apoyan a Hafter.

Fuente: Efe

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