Los defensores apasionados del presidente sufren por las maromas argumentativas que deben dar, cada vez más retadoras y acrobáticas, para justificar las decisiones absurdas del mandatario. Algunos, ya de plano, aceptan de manera tácita la tesis del “buen” dictador y respaldan su postura con los 30 millones de votos logrados el año pasado: “como él los consiguió, entonces, puede hacer lo que quiera” nos dicen sin avergonzarse siquiera un poco.

Olvidan que en la democracia las victorias electorales, por muy amplias que sean, otorgan un cargo y no una patente de corso. Que el diseño del estado pone límites al poder y establece obligaciones para quienes lo ejercen. Y que el presidente López Obrador juró, precisamente por eso, respetar y hacer respetar la Constitución.

Dejan de lado su conocimiento y sentido común para defender prácticas dictatoriales disfrazadas de consulta popular. Dicen creer en la democracia, pero aceptan que un puñado de personas decidan lo que concierne a toda una comunidad. Se les olvidan los principios republicanos del voto libre y secreto.

Y antes de que me digan su latoso: “Fox, Calderón y Peña tampoco respetaron la Ley” permítanme aclarar que estoy de acuerdo. Pero, incluso siendo así, eso no basta para justificar el atropello al Estado de Derecho de AMLO. Se supone que votaron por un cambio y no para seguir igual… O peor todavía.

Y es que, lo que atestiguamos el fin de semana pasado en Gómez Palacio simplemente no tiene nombre. El presidente pasó por encima de todas las normas, las escritas y las sobreentendidas, nada más para demostrar su poder. No es sólo que se cancele un proyecto urgente de movilidad metropolitana.

Es la forma que demuestra que en el fondo todo lo que a Andrés Manuel le importa es acrecentar y conservar el poder más allá de los límites constitucionales, tomando por asalto a una comunidad a la que le quita lo suyo a la usanza antigua del viejo oeste con el grito de “¡manos arriba! ¡Este es un asalto a la legalidad, a las instituciones y a la democracia! ¡Entréguenme su prosperidad y su futuro!

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