En Puebla este 2019 se lleva a cabo una contienda electoral trascendental porque existe la oportunidad de poner fin a un régimen de autoritarismo y de confrontación política que tanto daño nos ha hecho a los ciudadanos.

En un pasado reciente la única oposición contra este sistema fue el licenciado Miguel Barbosa Huerta, luchador social y político nacionalista de centro izquierda, pero el año pasado desafortunadamente se le arrebató la gubernatura a través de un fraude electoral del cual todos fuimos testigos.

Hay un dicho muy cierto que dice: “A los hombres se les conoce por sus actos, no por sus palabras”. Barbosa durante toda su vida ha sido un hombre coherente entre lo que dice y lo que hace, es honesto, sencillo y modesto, identificado con los pobres y con sus paisanos. Es un hombre que ama la democracia y ha luchado por ella a lo largo de toda su vida. Se auto define como un demócrata. Como Senador volteó la mirada y su acción a Puebla trayendo inversión y desarrollo de infraestructura.

La preocupación más importante de Luis Miguel Barbosa Huerta como precandidato y futuro gobernante es el problema de la inseguridad por lo que propone recuperar la paz para el estado y trabajar en conjunto con los diferentes niveles de gobierno.

Miguel como legislador siempre trabajó por el bien del pueblo, con capacidad y sensibilidad social. Hoy es la mejor opción para Puebla y una gran mayoría de los poblanos dan muestras de estar en sintonía con su proyecto, de haber entrado a una primavera de esperanza y alegría. Impacientes esperan la llegada del día de la gran elección.

Este momento histórico es ideal para romper los equilibrios y las dinámicas del poder, algunos políticos que han vivido del privilegio se encuentran desesperados, confundidos y temerosos ante la posibilidad real de perder el poder. En el lado contrario se encuentra una ciudadanía cansada, asqueada de los abusos e insensibilidad de las autoridades y de la clase política por las desapariciones, asesinatos, extrema pobreza, e injusticia, por sus frivolidades, excesos y excentricidades.

A pesar de que se vivirá una contienda electoral en donde sus opositores lo difamarán y lo atacarán esta nueva historia para nuestro estado ya nadie la detiene. Una historia de progreso y, sobre todo, de unidad, en la que dejemos atrás la división y los rencores.

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