Es absolutamente irresponsable realizar cualquier tipo de especulación sobre las causas del lamentable accidente en el que perdieron la vida la gobernadora de Puebla Martha Erika Alonso y su esposo el senador y exgobernador poblano Rafael Moreno Valle. También lo es no esperar el resultado del peritaje que realizan los expertos norteamericanos y europeos a los que las autoridades mexicanas han confiado la investigación de la tragedia para emitir una opinión al respecto.

Sin embargo, no es menos irresponsable de parte del presidente López Obrador culpar a los “conservadores” y “neofascistas” y sus “intereses mezquinos” en un intento por justificar sus propios errores, porque su papel debería ser el de un estadista y no el del liderzuelo que siembra odio para ganar adeptos. No haber asistido a los servicios fúnebres de la gobernadora Alonso y del senador Moreno es un acto que muestra la paupérrima calidad humana de quien está al frente del gobierno federal, AMLO lo debería saber, tanto como tendría que reconocer que su decisión sólo sirvió para alimentar las sospechas.

La actitud del titular del Ejecutivo federal no es nueva ni sorprendente. Ya antes había mostrado su total irresponsabilidad cuando se negó a enviar un representante de su gobierno a la toma de protesta de Martha Erika Alonso como gobernadora, en una muestra de absoluto berrinche, de esos que le hemos visto demasiados, porque el Tribunal Electoral falló a favor de la panista en aquella entidad.

Se trató esa, de la última de una cadena de irresponsabilidades ocurridas en Puebla por parte de quien sólo reconoce como válidos los resultados de los comicios que gana; y que incluyó la utilización de la violencia por parte de sus correligionarios, misma que el entonces presidente electo solapó en vez de censurar, como hubiera hecho cualquiera capaz de entender su nuevo papel ante la nación.

Ojalá y que, por el bien del país, alguien le haga entender a Andrés Manuel López Obrador que tiene que dejar de conducirse de manera irresponsable con Puebla. Pero, además, que cometería la mayor de las vilezas si se atreve a intervenir en el proceso que se va a tener que realizar para elegir un nuevo gobernador.

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