De adolescente tenía una cómplice con la que iba al cine una vez a la semana, saliendo
platicábamos sobre la película pero sobre todo tomábamos actitudes de los personajes, por
más ridículos que nos viéramos. Recuerdo que después de ver “Elektra” yo ya me sentía
ninja y andaba por los arbustos tratando de atacar, eso de la madurez me tardó en llegar,
aunque a veces creo que todavía no me llega todo el cargamento.

Con las temporadas decembrinas podemos ver lo rápido que puede trabajar la mente de un
niño, no solo por como cambia y vuelve a cambiar las veces que considere necesarias su
carta a Santa Clos debido a la influencia de los medios de comunicación, sus amigos,
además de la voz consejera de su madre que quiere orientarlo a lo más realista que puede
ser su solicitud de presentes en navidad. Creativa es la mente al imaginarse ya con el
regalo, como cambiará el mundo gracias a ellos, momentos de alegría momentánea que ya
quisiera uno a fin de quincena.

Después, al pasar los años parece ser que soñar, imaginar, hasta suspirar nos cuesta más
trabajo, creemos que como dice la canción de Shakira “lo hecho esta hecho” y ya no hay
vuelta atrás pero ¿por qué dejar las cosas así como están? Por qué no darle ese momento de
color a nuestro día a día.

Existen películas que se alejan de la cotidianidad, de los típicos dramas o de las películas de
acción con destrucciones y naves espaciales, éstas se identifican por ser historias “raras” y
poco comunes, pero lejos de que la historia sea compleja o no, lo que la hace diferente,
llamativa y original, es la manera de presentarse e imponerse de una manera totalmente
innovadora al público, ya sea a través de la edición, los personajes, la fotografía o la

dirección, tal es el caso de 2001: A Space Odyssey (1998) película de culto que llevó a la
cima a su director como un narrador magnifico y capaz de elevar el género de la ciencia
ficción y capaz de elevar el género de la ciencia ficción a un lado oscuro. Pi (1998) cuidada
y extraña, esta película experimenta y juega con la mente del hombre a través de los
sonidos y los close-up. Billy Elliot (2000) una película dramática que te invita alcanzar tus
sueños pese a un monto de adversidades que se pueden encontrar en el camino.

Libros como Fight Club, donde queda prohibido hablar sobre el club de la pelea, es la
regla número uno de esta película. O Comer, Rezar y Amar, nos invitan desde diferentes
perspectivas a seguir conociendo el mundo, que es mas haya de nuestros escritorios o de
nuestros 550 amigos en redes sociales.

Soñar en grande trae bastantes beneficios para el desarrollo personal como:
Mantener tu mente ocupada en ideas positivas un tiempo considerable, no andar pensando
si tu pareja sería más feliz sin ti. También incentiva la adquisición de conocimientos
y habilidades para cumplir tus metas, una herramienta muy importante para dejar a un lado
la zona de confort, muy peligrosa en estos tiempos que si no te capacitas tiene fuerte
repercusiones en el mundo laboral. También soñar en grande te permite experimentar el
poder personal al comprobar que con dedicación, toda meta es alcanzable y se le da rienda
suelta a la imaginación.

Ya sea con la pintura, la música, los libros, las películas… Existen diferentes formas de dar
vida a la creatividad y seguir soñando. O aunque sea, despertar esa imaginación que se ha
quedado dormida. ¿Cómo? Observando los trabajos que han realizado otros creativos, no
estás solo, el arte esta de tu lado.

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