Durante el periodo electoral presidencial, se vivió una guerra entre las diferentes fuerzas
políticas; esta guerra desencadenó división y confrontación en la ciudadanía, como consecuencia
de la diferencia de opinión e ideología. También causó temor entre los empresarios del país, pues
la incertidumbre genera esto. Es un hecho notorio que el primero de julio pasado, la mayoría de
los mexicanos (alrededor del 54%, algo histórico en el “México democrático”) que acudieron a las
urnas a votar, eligieron el proyecto encabezado por Andrés Manuel López Obrador para suceder el
Gobierno de la República, es decir, es nuestro próximo Presidente de la Nación.
Después de las elecciones, los primeros días fueron paz y amor, los candidatos perdedores
reconocieron su derrota, el ganador lanzó elogios a sus rivales políticos, en fin, todo vislumbraba
como una luna de miel nacional, la cual ya terminó y la tensión política ha renacido. Y ha renacido
particularmente por un tema polémico, que fue muy debatido y cuestionado durante la campaña
presidencial: la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco (NACIM).
Por el entorno que generó la discusión sobre la continuidad al proyecto, el Presidente electo optó
por realizar, lo que él llama, una consulta ciudadana.
Primeramente, es importante señalar que la Constitución Federal en su artículo 35,
fracción VIII, establece que es un derecho del ciudadano votar en las consultas populares sobre
temas de trascendencia nacional y que dichas consultas se sujetarán a las siguientes reglas: 1)
Serán convocadas por el Presidente de la República, el equivalente al 33 por ciento de cualquier
Cámara del Congreso de la Unión o por los ciudadanos que equivalgan al menor al 2 por ciento de
los inscritos en la lista nominal (esta petición todavía tendría que ser aprobada por la mayoría del
Congreso de la Unión); 2) la participación total ciudadana tiene que ser del 40 por ciento de la lista
nominal de electores para que sea vinculatoria; 3) están prohibidos como temas de consulta la
restricción de derechos humanos, la materia electoral, los ingresos y gastos del Estado, seguridad
nacional, etc.; 4) la Suprema Corte de Justicia de la Nación deberá aprobar la constitucionalidad de
la consulta; 5) el INE la organizará y 6) la votación realizará el día de la jornada electoral federal.
De lo anterior, se advierte con claridad que la consulta actual que se llevará a cabo, no es
formalmente una consulta popular conforme a los lineamientos legales (que por cierto a mí gusto
deben reformarse para que este medio constitucional sea más viable); sin embargo, tampoco
significa que ese ejercicio de encuesta que se realiza sea contrario a la ley, pues es un ejercicio de
expresión y organización con apego a derechos fundamentales, eso sí, el resultado de ésta no es
vinculatorio, sin duda lo utilizarán para su decisión, pero no habría institución alguna que lo
forzara a atenerse a ese resultado, es decir, no es coercitivo.
Ahora, ¿sorprendería si cancela el aeropuerto? Para mí en lo absoluto, la cancelación del
mismo fue parte esencial de la campaña presidencial del ahora ganador, uno de sus slogans.
¿Sorprendería si continua con la construcción del NACIM ? Sí, creo que realmente la sorpresa sería
continuarlo, por lo ya mencionado anteriormente.

El tema del NACIM ha causado una nueva guerra política, una tensión que había
terminado el primero de julio, se está usando como un as para debilitar o fortalecer el Gobierno
entrante, creo que si se cancela o se da continuidad al proyecto, no se va a derrumbar el país, ni a
su economía, en escenarios verdaderamente difíciles ha estado nuestra nación y ha salido
adelante. La consulta, si bien es cierto es un ejercicio ciudadano, como tal no es realmente una
consulta jurídicamente formal, pero, ¿era necesaria la misma? Desde mi perspectiva no, un
Presidente al entrar en funciones debe ejercer sus facultades constitucionales y legales, si entre
ellas está revisar los proyectos de anteriores Gobiernos y si alguno no le parece viable cancelarlo,
debería hacerlo, es una manera de ejercer el poder. Me atrevo a decir que nuestro próximo
mandatario nacional conoce el fin inminente de la consulta, mi verdadera duda es, ¿cuál será el
resultado de ésta?
FUERA DE LUGAR… En el siglo XXI, al parecer, quieren seguir existiendo las presidencias vitalicias,
Elba Esther Gordillo sigue dando de qué hablar, bien dicen: hierba mala, nunca muere.
RECOMENDACIÓN SEMANAL: Para los amantes del terror, muy buena la serie de NETFLIX “The
Haunting of Hill House”.

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