Casi 20% de los productos de marihuana en California reprobaron las pruebas de potencia y pureza desde que el estado comenzó a exigirlas el 1 de julio, una tasa que _según algunos en el sector_ tiene más que ver con normas poco realistas y errores técnicos que con proteger la seguridad del consumidor.

Los análisis han sido especialmente rigurosos para las galletas, dulces y tinturas que contienen cannabis: no quedó permitida la venta de casi una tercera parte de las mercancías en los anaqueles.

En tasas menores, las compañías autorizadas por el estado para efectuar los exámenes han detectado niveles inaceptables de pesticidas, solventes y bacterias, incluida E. coli y salmonella, según información facilitada a The Associated Press por la Oficina estatal para el Control del Cannabis.

En los primeros dos meses, casi 11.000 muestras fueron examinadas y casi 2.000 reprobaron. En algunos casos, el producto debió ser destruido. Sin embargo, muchos casos fueron problemas de etiquetación que pueden ser corregidos. Por ejemplo, un cogollo de marihuana examinado y que muestre una potencia distinta a la de la etiqueta puede ser reetiquetado y vendido con la especificación correcta.

Para el estado, el estricto programa de análisis cumple en gran medida con su propósito: identificar los cogollos, concentrados, golosinas u otros productos que de una u otra manera están contaminados y son inadecuados para comer o fumar.

«Las pruebas obligatorias a nivel estatal son algo nuevo y va a pasar tiempo para que todo marche bien, pero en general nos satisface la manera como están avanzando las cosas», dijo el portavoz de la Oficina para el Control del Cannabis, Alex Traverso.

Sin embargo, aunque las autoridades competentes consideran modificar las normas que rigen la mayor actividad económica de la marihuana legal en la nación, enfrentan exigencias de que modifiquen los requisitos de los exámenes, a los que algunos describen como excesivamente rigurosos, no muy rigurosos, o una carga demasiado costosa.

La Asociación de Productores de Marihuana de California figura entre las partes que han manifestado preocupación de que el estado está obligando a los cultivadores y fabricantes a reducir diferenciales muy pequeños en cuanto al contenido de THC, la sustancia psicoactiva de la marihuana.

Las normas prevén que la concentración de THC no varíe más de 10% de lo que dice la etiqueta del producto. Directivos del negocio aseguran que algunos productos son rechazados si no alcanzan ese margen aun por pequeñas cantidades.

La Asociación de Fabricantes de Productos de Cannabis de California, otro grupo del sector, exige cambios que incluyan que las compañías puedan impugnar los resultados de los laboratorios.

Fuente: debate.com.mx

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