Días atrás, la relación había escalado a un nivel de tensión que hacía tiempo no se veía: el presidente de Estados Unidos , Donald Trump , y el mandatario de Irán , Hassan Rohani , intercambiaron amenazas violentas. El primero advirtió: «Nunca, nunca amenace a los EE.UU. o sufrirá consecuencias pocas veces vistas antes a lo largo de la historia. No somos más un país que soportará sus palabras dementes de violencia y muerte. ¡Tenga cuidado!». Antes, el líder iraní había dicho: «Estados Unidos debe entender bien que la paz con Irán es la madre de todas las paces, y que la guerra con Irán es la madre de todas las guerras».

Ahora, sin embargo, el episodio parece haber quedado atrás. Al menos para el republicano. Ayer, en una conferencia de prensa que brindó desde la Casa Blanca junto con su par de Italia, Giuseppe Conte, Trump se mostró dispuesto a reunirse con el gobierno de Irán «sin precondiciones». «Si quieren reunirse, me reúno. Cuando quieran. Es bueno para el país, bueno para ellos, bueno para nosotros y bueno para el mundo», indicó el presidente y provocó la reacción de Irán.

Hoy, el gobierno de Rohani condicionó el encuentro a la revisión por parte de Washington de su salida del acuerdo nuclear y al levantamiento de las nuevas sanciones impuestas al país persa.

«La vuelta al acuerdo nuclear, el fin de las hostilidades y respeto para el pueblo iraní (…) y entonces se podrá allanar el camino a una salida del dilema actual», escribió en Twitter Hamid Abutalebi, uno de los asesores de Hassan Rohani.

Asimismo, aseguró que Irán siempre se mostró dispuesto a un diálogo y citó como ejemplo la conversación telefónica entre Rohani y el presidente estadounidense Barack Obama en 2013.

Pero la posibilidad de que Trump dé marcha atrás no parece muy cercana. Desde que llegó a la Casa Blanca se encargó de defenestrar el plan llevado a cabo por su antecesor y ayer advirtió que el acuerdo que abandonó su gobierno en mayo había sido «un desperdicio» de papeles.

El acuerdo nuclear alcanzado en 2015 tenía como fin evitar que Irán fabricara bombas atómicas. A cambio de una flexibilización de las restricciones económicas y de más inversiones por parte de empresas extranjeras, Irán se había declarado dispuesto a desmantelar en parte su programa atómico y a someterse a inspecciones internacionales.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aseguró que el país persa hasta ahora cumplió con las condiciones.

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