El alivio empieza a sentirse en Tailandia: este lunes otro niño han sido rescatado de la cueva de Tham Luang, según ha informado la Marina tailandesa, que, eso sí, no ha dado detalles sobre su estado de salud. El menor se suma a los otros cuatro que han sido rescatados el domingo y que se encuentran fuera de peligro en el hospital provincial de Chiang Rai. En el interior de la gruta aún permanecen atrapados seis niños y a su entrenador de fútbol.
Por otro lado, según informan medios locales citados por la agencia Efe, no sería sólo un niño el que ha sido rescatado este lunes, sino cuatro en total. Esta información, eso sí, aún no es oficial.
Un equipo de buzos ha vuelto a entrar en la cavidad a las 6 de la mañana (hora peninsular) con el objetivo de proseguir con las labores de rescate interrumpidas durante aproximadamente 14 horas para que los miembros de salvamento repusieran las bombonas de aire comprimido utilizadas el domingo y revaluar las condiciones en las inundaciones parciales de la cavidad, ubicada en la norteña provincia de Chiang Rai.
Tailandia y el mundo entero esperan un final feliz para estos 12 niños y su entrenador de 25 años que permanecen atrapados desde el 23 de junio, un accidente que ha llevado a esta zona a cientos de periodistas de medios extranjeros.
La lluvia monzónica que amenaza con más inundaciones en esta compleja red subterránea, de unos diez kilómetros de largo, es el principal desafío para los socorristas, que temen nuevas precipitaciones antes de que logren sacar a todo el grupo.
El equipo de fútbol «Jabalíes salvajes» pasó nueve días en las profundidades de la cueva antes de que dos buzos británicos los encontraran la semana pasada. Demacrados pero vivos, los menores estaban encaramados en una roca, a más de cuatro kilómetros de la entrada de la cueva.
El domingo, la compleja operación de rescate empezó con éxito al salvar a cuatro de ellos, gracias al trabajo de buzos experimentados que los guiaron a lo largo de un camino tortuoso, con tramos inundados y pasadizos muy estrechos, especialmente uno en el cual es necesario contorsionarse y que es la pesadilla de la célula de crisis.
Bautizados por las redes sociales como «Jabalíes salvajes 1, 2, 3 y 4», los cuatro niños están «a salvo», según ha anunciado este domingo por la noche el jefe de rescate tailandés, Narongsak Osottanakorn, sin ofrecer detalles sobre el estado de salud ni la identidad de estos primeros evacuados.
Es probable que las operaciones para sacar al resto se reanuden el lunes, ha explicado Narongsak Osottanakorn, también gobernador de la provincia de Chiang Rai. «Hemos estado trabajando toda la noche», ha declarado a la agencia AFP un funcionario de la administración de esta provincia, confirmando que sólo han hecho una pausa en la operación.
Esta falta de detalles se suma a la angustia de los padres que esperan en la entrada de la cueva para reunirse con sus hijo.
«Todavía estoy esperando aquí en la cueva, cruzo los dedos para ver si mi hijo estará entre los que saldrán hoy
«Todavía estoy esperando aquí en la cueva, cruzo los dedos para ver si mi hijo estará entre los que saldrán hoy», ha dicho Supum Sompiengjai, la madre de Pheerapat, a quien llaman «Night».
«Escuchamos que hay cuatro niños pero no sabemos quiénes son. Varios padres siguen esperando. Ninguno de nosotros ha sido informado de nada», ha agregado al reconocer que está «feliz» ante la perspectiva de volver a ver a su hijo.
Los niños, sin experiencia
Además de las dificultades a lo largo del recorrido que hay que hacer bajo del agua, la situación se complica por el hecho de que muchos niños no saben nadar y ninguno ha buceado. Un ex buzo de la Marina tailandesa murió mientras participaba de las labores para preparar la operación de evacuación, lo que demuestra la gran dificultad de esta misión, incluso para los más expertos.
La falta de espacio también se suma a la complejidad de las operaciones ya que los rescatistas deben colocar suficientes botellas de oxígeno en la ruta de salida.
Este lunes por la mañana han llegado ambulancias cerca de la entrada de la cueva.
La gran cantidad de periodistas de toda Tailandia y del mundo se mantienen alejados de la cueva y también del hospital de Chiang Rai, donde los cuatro supervivientes están bajo observación.
La familia de «Night» cree que decidieron explorar la cueva después de su entrenamiento de fútbol para celebrar su cumpleaños, cuando cumplió 16 años. Fueron entonces sorprendidos por la subida de las aguas al interior de esta larga cueva situada en la frontera con Birmania y Laos.
Después de haber sido descubiertos por los buzos británicos, los rescatistas analizaron desesperadamente todas las soluciones posibles, desde la perforación de túneles en las montañas hasta la posibilidad luego descartada de que esperaran durante semanas que terminara la época del monzón.
Pero ante la amenaza de nuevas lluvias y niveles más bajos de oxígeno en la galería donde el grupo encontró refugio, las autoridades decidieron el domingo jugarse el todo por el todo e iniciar la evacuación con tramos de buceo, tras considerar que las condiciones eran ideales.
Se espera que el jefe de la junta en el poder en Tailandia desde el golpe de Estado en 2014, el general Prayut Chan-O-Cha, viaje a esta zona este lunes en la tarde.







