Rusia declaró una nueva tregua humanitaria de 10 horas para el próximo viernes en la ciudad de Alepo, en el norte de Siria, a fin de permitir la salida de civiles, heridos y enfermos, anunció hoy el jefe del Estado Mayor ruso, general Valeri Guerasimov.
“Para evitar víctimas, el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, decidió por orden del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Vladimir Putin, establecer en Alepo una pausa humanitaria el 4 de noviembre de las 09:00 a las 19:00 horas locales (06:00 a 16:00 GMT)”, dijo.
El Centro Ruso para la Reconciliación y las tropas del régimen sirio garantizarán la salida de los grupos armados y los civiles de la ciudad, precisó Guerasimov, citado por la agencia rusa de noticias Sputnik.
Una primera tregua humanitaria de tres días instaurada en Alepo por el ejército ruso y sirio expiró el pasado 22 de octubre sin haber permitido la evacuación de los civiles ni de los heridos, ni la retirada de los combatientes a través de ocho corredores.
Guerasimov explicó que los civiles podrán salir de Alepo por seis corredores, mientras que los miembros de los grupos armados podrán hacerlo por dos: uno, en dirección hacia la frontera sirio-turca, y el otro, hacia la ciudad siria de Idlib.
“En vistas de la incapacidad de nuestros colegas estadunidenses de separar a la oposición de los terroristas, hacemos un llamado directo a los líderes de las formaciones armadas a cesar las acciones de combate y abandonar Alepo con sus armas”, señaló.
El general ruso aseguró que todos los intentos de los yihadistas de romper el cerco en Alepo han fracasado. «Los terroristas han sufrido muchas bajas y perdido gran cantidad de armamento. No tienen ninguna posibilidad de huir de la ciudad”, subrayó.
Las fuerzas sirias y sus aliados, apoyados por la aviación rusa, lanzaron el 22 de septiembre pasado una gran ofensiva para reconquistar los barrios del este de Alepo, en manos de los rebeldes desde 2012.
Sin embargo, Rusia interrumpió el 18 de octubre los bombardeos aéreos de los barrios rebeldes del este, como un “gesto de buena voluntad” para permitir a las organizaciones y agencias humanitarias evacuar a los civiles y a los combatientes abandonar la ciudad.
Unas 275 mil personas estarían atrapadas en el este de Alepo, rodeadas por las fuerzas gubernamentales y con serios problemas de abastecimiento tanto de alimentos como de medicamentos.
La ciudad de Alepo es disputada por las fuerzas sirias y los rebeldes desde mediados de 2012, cuando los insurgentes conquistaron amplias áreas de la urbe, una de las más castigadas por el conflicto que se inició en marzo de 2011.
