Por Edelmiro Franco. Corresponsal
Bogotá, 7 Ago (Notimex).- La capital colombiana en sus 478 años de fundación, se ha convertido con sus ocho millones de habitantes, en un centro dinámico de cultura, rumba, turismo y referente de negocios a nivel nacional e internacional.
La celebración de su aniversario 478 arrancó este fin de semana con un concierto de la Orquesta Sinfónica de Bogotá, en el Teatro Mayor “Julio Mario Santo Domingo”, en el noroccidente de Bogotá, y con un sin número de actividades culturales en sus diferentes localidades.
Los primeros pobladores de Bogotá fueron los Muiscas, pertenecientes a la familia lingüística Chibcha, que a la llegada de los conquistadores españoles, eran medio millón de indígenas de este grupo.
Ocupaban las tierras altas y las faldas templadas entre el macizo de Sumapaz en el suroeste y el nevado del Cocuy en el noreste, en una extensión de unos 25 mil km2 que abarcan la altiplanicie de Bogotá, parte del actual departamento de Boyacá y una pequeña región de Santander.
Aunque no existe acta de fundación de la ciudad, se ha aceptado como fecha el 6 de agosto de 1538. Según la tradición, aquel día el sacerdote fray Domingo de las Casas ofició la primera misa en una iglesia pajiza y según los historiadores ese día la región recibió el nombre de Nuevo Reino de Granada y el poblado se llamó Santa Fe.
El aporte más importante de esta época al conocimiento científico de la naturaleza americana está constituido por la Expedición Botánica, cuyo objetivo fue el estudio de la flora nativa.
Esta expedición se inició por orden del arzobispo-virrey Caballero y Góngora bajo la dirección de José Celestino Mutis y con el aporte de científicos como Francisco José de Caldas, Jorge Tadeo Lozano y Francisco Antonio Zea.
Aunque Bogotá careció de un flujo “importante de inmigrantes extranjeros, según los censos llevados a cabo durante el siglo XIX, la población tuvo un crecimiento bastante regular: en 1832 tenía 36 mil 465 habitantes; en 1881, 84 mil 723 habitantes y hacia finales del siglo casi 100 mil”.
De acuerdo con las reseñas históricas, el crecimiento de la población a partir de 1850 se debió en parte a las reformas de mitad del siglo XIX, que ampliaron las fuentes de trabajo. Bogotá ofrecía la posibilidad de trabajar en el comercio o de desempeñar funciones de diversa índole.
Bogotá se fue convirtiendo poco a poco en el principal centro urbano de Colombia, en los últimos 100 años su población creció a la cifra actual de ocho millones de personas, provenientes de todas las regiones.
Hoy la capital colombiana es una metrópoli múlti-étnica, en donde hay representación de todas las razas: Afros, indígenas, mestizos, blancos, todos los sabores que la convierten en un centro gastronómico nacional e internacional.
Bogotá es el principal centro cultural de Colombia, y uno de los más importantes de América Latina, porque en esta ciudad se realizan cada año los conciertos musicales de nivel mundial, la Feria del Libro Internacional de Bogotá, el Festival Iberoamericano del Teatro, entre muchas otras actividades de las artes y las letras.
En esta ciudad está el Centro internacional de Negocios y Exposiciones de Bogotá (Corferias), que impulsa el desarrollo industrial, social, cultural y comercial en la Región Andina, Centroamérica y el Caribe.
La vida cultural de la ciudad se concentraba antes en las tertulias literarias que durante el siglo XIX les permitieron a los bogotanos asistir a presentaciones musicales y de obras dramáticas.
A finales del siglo XIX la ciudad de Bogotá contaba con dos teatros importantes: el Teatro de Cristóbal Colón, inaugurado en 1892, y el Teatro Municipal, inaugurado en 1895, que ofrecía zarzuelas y revistas musicales.
Bogotá en el siglo XXI es el principal centro de negocios en Colombia, una ciudad para el turismo cultural, religioso, gastronómico, y para vivir con todo su sabor la vida nocturna.
La capital colombiana en las noches se convierte en un verdadero hervidero de rumba en donde hay espacio para pobres y ricos al son del reguee, pop, rock, vallenato, la novedosa y sensual champeta y el reggaetón
En esta ciudad de ocho millones de habitantes -que representan a todas las regiones del país- se vive a plenitud el contraste de la Colombia viva, la violenta, la querendona, la Colombia alegre y rumbera.
Un estudio del científico holandés, Ruut Veenhoven, concluye que el 80 por ciento de los colombianos se sienten las personas más felices del mundo, seguidos por los suizos. Esta afirmación se puede comprobar en las noches de rumba en Bogotá, en cualquier temporada del año.
Es una metrópoli que de sur a norte el visitante se encuentra los sitios que quiera para escuchar música, bailar y en la mejor expresión colombiana, para rumbear desde las seis de la tarde hasta las dos de la madrugada del día siguiente, hora en que por ley tiene que cerrar bares y discotecas.
En estos espacios nocturnos se vive un relax al ritmo de temas como Mayonesa: “Se me bate como siendo mayonesa… todo se me sube a la cabeza” o Volare, un son boricua de alta sintonía, junto a los ritmos pop de la agrupación Chocolate 2000 de Uruguay, y reguee como Bob Marley.






