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El Diván:
Ley 3 de 3 a la de tres
José Luis Cuevas

La paciencia es una actitud del ser humano que tiene su dificultad lograr conseguir porque exige desprenderse de las expectativas y actuar bajo las circunstancias reales, es decir sobreponerse a las emociones sean buenas o malas, lo cual exige un pragmatismo constante de estas sensaciones.
Pues un ejemplo del desgaste de la paciencia es la iniciativa presentada por diversas organizaciones e instituciones, tanto privadas como públicas y que se llama Ley 3de3, la cual se busca sea una herramienta para  contener  el  voraz avance de la corrupción en todas las esferas gubernamentales del país.
Consta de tres aristas como su nombre lo indica: que los funcionarios hagan pública su declaración patrimonial, de intereses y fiscal; es decir para saber cuánto tienen, si le deben algo a alguien y si cumplen con sus obligaciones tributarias, para que luego no les anden manchando el honor… como ya ha pasado.
Entre los grupos promotores de esta iniciativa están algunos del tamaño del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Instituto Mexicano para la competitividad, (IMCO), Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), así como el grupo Consejo Coordinador Empresarial, entre otros.
Es importante decir que responde a la iniciativa del agregado social, y que viene como resultado del desgaste de la clase política en temas de soborno, abuso de la información y el poder, tráfico de influencias o enriquecimiento pueril; es decir el uso tiránico del poder. Sin embargo para que el congreso pueda considerar este pliego petitorio dentro de su agenda tiene un requisito de contar con más de 120,000 firmas.
Evidentemente los anteriores esfuerzos por llevar a cabo de manera voluntaria estas acciones no fueron bien recibidos en la cúpula del poder debido a que únicamente 75 de 500 diputados federales la aceptaron, 15 de 128 senadores; 16 de 2,454 alcaldes, y 40 de 1,121 diputados de corte local, según información de El Economista.
Podrán surgir todo tipo de posturas, sin embargo los números quedan de manifiesto: El Banco de México y el Banco Mundial coinciden en que la corrupción cuesta 9% del PIB anualmente; de acuerdo a INEGI unos 347 mil millones de pesos. De acuerdo a Transparencia Internacional, México registra 35 puntos en una escala 0-100 en el Índice de Percepción de la Corrupción, en donde a menor valor obtenido mayor es el nivel de corrupción que se percibe.
Toda acción destinada a contribuir en la construcción de un mejor país merece ser apoyada, aunque ¿no deberían ser ya obligatorios este tipo de requisitos para alguien que aspire  a un cargo público? Esperemos que de llegar al Congreso no la manden directito al refri, pero ya veremos de qué color pinta el verde.
Si es de su interés podrá encontrar información a detalle en www.ley3de3.mx/