Felicidad nacional
Por: Luis Lara.
No piensen que esta columna ha cambiado su línea original y ahora me dedico a comentar cine de los sesentas o noticias recientes, lo que sucede es que estando en el taller de Garcilaso, recordamos una película famosa y con la ayuda de San Google Bendito tecleamos «El gran escape» y zape perro, salió un libro con el mismo nombre, de reojo Garcilaso alcanzó a leer escocés y dijo:
―Cuando hay fiesta a mí me gusta el whisky, así que vamos a revisar.
Angus Deaton, escocés que no se dedicó a hacer whisky, sino a escribir sobre economía, en su libro El gran escape: salud riqueza y los orígenes de la desigualdad (elegante nombre para un libro de economía) expone dos conceptos por demás interesantes: los estándares de vida material y la salud de la población, por salud se refiere a «todas las cosas que dan valor a la vida, vivir más años es seguramente una de las más preciadas» (el Agrio pensó que se trataba de decir «salud» con Garcilaso).
Deaton también menciona en su libro las brechas que va dejando el progreso y por qué no todos tienen acceso al mismo nivel, parece una gran marcha en donde los que van adelante caminan cada vez más rápido y los que van atrás cada día se rezagan más, cierto es que se ha abatido la pobreza, sin embargo la brecha entre pobres y ricos es cada vez más amplia según este escocés (que no sé si se descose con whisky escocés en la Universidad de Princeton).
Su obra incluye un concepto por demás interesante, él lo llama «Felicidad nacional e ingreso nacional», es decir, cómo se relaciona la felicidad con el dinero y relaciona el nivel de ingreso de la población con la evaluación que ésta hace de su vida. Encuentra cosas interesantes:
• Primero, a mayor nivel de ingreso, las personas que viven en ese país (a quienes toma de una encuesta de Gallup) evalúan mejor su calidad de vida, en este renglón están los países escandinavos y Estados Unidos con promedio de 8 en una escala de 10.
• Segundo, los países con menor ingreso evalúan de manera muy pobre su calidad de vida, Togo, Zimbaue, Burundi y Sierra Leona (países que como dice el Agrio, nacen con una revolución por la mañana y terminan con golpe de estado en la tarde) se evalúan con 2 en una escala de 10.
―Y México, ¿dónde se encuentra? ―preguntó Caro.
México se encuentra en un tercer grupo en donde si bien su ingreso per capita no es tan alto, se califica con 7 en una escala de 10, casi tan alto como los países que ganan cuatro veces más su ingreso (como los escandinavos); es decir, después de determinado ingreso por habitante donde se adquiere cierto bienestar. La evaluación del nivel de vida no varía mucho, por ejemplo, Noruega y Dinamarca se evalúan con 8 y son cuatro veces más ricos que México y Costa Rica, que se evalúan con un altísimo 7 en una escala de 10.
En términos del Agrio, quien afirma que el dinero si no es el número 1 no pasa del número 2, cuando toma su escocés no hace diferencia entre la felicidad (que para él es platicar con Caro), y la realidad (que es tener mucho o poco trabajo), uno es una emoción y otro es una descripción objetiva, según él su día es muy feliz si platica con Caro, independientemente de cuánto haya ganado ese día.
Sin embargo, para Angus Deaton ―premio Nobel de Economía en 2015― el escape más grande en la historia humana (que es el escape de la pobreza y la muerte, es decir tener salud y dinero aunque tengas poco amor), actualmente gran parte de la población es inconmensurablemente (vaya palabra) más desigual que hace 300 años.
Nos leemos la próxima semana en «Emprende Seguro», porque este tema da para mucho más, sigamos leyendo El gran escape antes de que El destino nos alcance…
