Alas para volar…
@DanielaCarlos
¿Vivir… o exisir?
Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.
-Oscar Wilde.
En ocasiones pensamos que nuestro paso por la vida no es tan pasajero como creíamos, es más, hasta llegamos a creer que es permanente y duradero. Pues bien, eso va a depender de la manera en que lo hagamos.
Vivimos siempre a la expectativa del que dirán, que pasará, si se logrará aquello que tanto anhelamos o si podremos un día encontrar al amor de nuestras vidas, el trabajo anhelado, la familia feliz, el carro del año, en fin, siempre pensando en aquello que no tenemos y dejando de lado aquello que forma parte de nuestra vida.
Pero también los hay, quienes viven totalmente en lo que ya pasó, en lo que ya fue, lo que nos causó angustia o aquello que nos hizo tan feliz pero que por causas del destino ya no está ahí, ya no puede ser, o en sí, nunca estuvo ahí.
Vivir de esta manera nos obliga a estar en un estado de incertidumbre desbordante que nos causa inestabilidad tanto física como emocional.
Pasar transitoriamente por la vida, no es más que ir dejando huella del camino que vamos recorriendo, y es que no es lo mismo sólo existir a vivir, a ver las cosas como son, a ser partícipes dentro de la obra maestra.
Desgraciadamente, hemos sido testigos de lo mal que nos han inculcado los valores, las creencias, las ideas, en fin, todo aquello que alberga nuestra mente y nuestro corazón. Así vamos por la vida creyendo que si algo no me sale bien es porque yo no le pongo el 100% a esa actividad, (aunque casi mueras en el intento) o que si algo no sale como esperaba, es porque en algo me equivoqué, o que si no me quieren como yo quiero, es porque algo me falta dar en esa relación.
Error, nadie puede dar por nosotros lo que nosotros mismos no estamos dispuestos a dar por nosotros mismos, a veces aunque pongamos el 100% en cada situación de nuestra vida, las cosas no salen como esperábamos porque simplemente no sucede de esa manera. Y en mi humilde opinión en cualquier tipo de situación, no se puede entregar el 100% de lo que somos, no hay que aventurarnos a quedarnos sin nada, porque corremos el riesgo de perdernos a nosotros mismos en el intento. No podemos conceder los deseos de todos, ni tratar de agradar a otros, cada uno tenemos nuestra propia idea de lo que significan las cosas, de como vemos al mundo y de cómo percibimos nuestro alrededor.
Tenemos conciencia propia y no podemos dejar que otros decidan por nosotros como se ha hecho siempre, como lo hemos permitido durante tantos años, si no tenemos nada, qué es lo que podemos ofrecer.
Nos da mucha rabia que nos utilicen, que nos hagan creer cosas que no son, exigimos calidad y buen trato, lo mejor de lo mejor, entonces ¿por qué no exigimos eso con nuestros gobernantes por ejemplo?, o con quienes abusan de nosotros, de nuestra voluntad, ¿por qué no pedimos ser tratados con el mismo respeto que damos? En esos casos preferimos hacernos de la vista gorda y hacernos los occisos para no darnos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor, que si el agua se acaba, a mí no me importa, mientras a mí me llegue no hay problema, que si hay pobreza extrema a mí no me afecta mientras yo tenga que comer, que si hay feminicidios a mí que más me da, yo ni vivo ahí y ni las conozco, entonces ¿dónde quedó nuestra huella?, tanto se hizo por eliminar los circos de animales y de darles “libertad” y ahora que se están muriendo de hambre en las calles y/o los están sacrificando, nadie levanta la mano para opinar, nadie les dice a esos legisladores que ahora hagan algo para contrarrestar esa situación, somos muy dados a opinar sin pensar en lo que estamos diciendo, es decir, a mí tampoco me gusta el maltrato hacia los animales y de cierta manera estoy muy en contra de ello, pero verlos morir en las calles, tampoco me parece la mejor solución, por lo menos en los circos tenían que comer, hubieran pensado eso antes de aprobar dicha ley, porque lo mismo iba a pasar con todos esos toros, los iban a sacrificar, ¿cuándo entonces, vamos a luchar por que se concreticen las ideas que tenemos, que se cumplan las leyes desde su creación?, ¿en qué momento viviremos y dejaremos sólo de existir?
No me refiero para nada al hecho de hacer una revolución hasta porque el correo llega tarde, pero sí que observemos lo que ocurre a nuestro alrededor y sobre todo que nos demos cuenta qué es lo que ocurre en nuestro interior, vernos y conocernos, saber para qué somos buenos, dónde podemos generar un cambio y en qué momento podemos dar ese salto al vacío que nos permita experimentar esa sensación de libertad y de soltura que tanto nos hace falta en estos días que se viven a mil por hora, donde no tenemos tiempo ni siquiera para saber qué es lo que en verdad queremos, qué es lo que tenemos y qué anhelamos, pero un anhelo sano, que nos impulse a seguir adelante, a superarnos, no a vivir en una constante añoranza por lo que aún no llega y que no tenemos la certeza o la seguridad de que en verdad pueda suceder.
Y si quieres entregarte a alguien, entrégate a la vida, da a los demás, ayuda a quien lo necesite, haz que suceda lo impensable y que ocurra lo improbable, siempre pensando en tu bienestar y en el de los demás.
Recuerda que el sentido de la vida, no es precisamente el de obtener todo lo que queremos, sino más bien saber compartir todo lo que tenemos y sabemos.
-Arturo Hernández.