MI OPINION.
Adrián Garza Pérez
agpconsultor@gmail.com
Chernóbyl, de la catástrofe al milagro.
Chernóbil es una ciudad situada al norte de Ucrania cerca de la frontera con Bielorrusia. La ciudad de Chernóbil fue creada debido a una emergencia nuclear ocurrida en Prípiat la cual fue evacuada el 26 de abril de 1986 debido al accidente ocurrido en la Central Nuclear homónima. Fue considerado como el más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (nivel 7), uno de los mayores desastres medioambientales de la historia. Esta Central está situada a 14,5 kilómetros al noroeste de la ciudad actual de Chernóbil. Al mismo tiempo que se construía la planta, se construyó la ciudad de Prípiat para los trabajadores, el 4 de febrero de 1970. Antes del accidente, vivían 14 000 residentes, hoy 606.
Casi tres décadas después de la mayor catástrofe nuclear de la historia, esta región abandonada, es la primera en preservar la vida silvestre radiactiva del mundo. “Tanto en los animales como en las personas, la radiación destruye los genes. Incluso pequeñas dosis pueden romper los frágiles hilos de ADN y provocar errores de copia que dan lugar a mutaciones perjudiciales o mortíferas. Sin embargo, las grandes dosis de radiación no pudieron superar la capacidad de supervivencia de los animales que habitan hoy los alrededores”. La zona de exclusión de Chernobyl, de aproximadamente 2.600 kilómetros cuadrados, es del tamaño de Luxemburgo. El mayor refugio de vida silvestre en Europa.
Entre las especies que deambulan por la zona se puede encontrar a los caballos de Przewalski, una raza salvaje muy poco frecuente en Europa. Los caballos fueron introducidos artificialmente para probar la vida silvestre en un ambiente radiactivo, y su población se multiplicó de forma espectacular. Ahora han disminuido, pero no fue la radiación lo que los mató. Fueron cazadores furtivos, junto con los ataques de los depredadores que han regresado en vigor a la reserva, incluyendo lobos, raramente visto en otras partes del continente. Por otra parte, las aves en la zona de exclusión se están adaptando e incluso beneficiándose a largo plazo a la radiación.
“El accidente”. Durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 de esta central nuclear produjo el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior. En 1986 una gran zona de Ucrania se convirtió en laboratorio en el que animales y personas han sido sometidos a fuertes dosis de radiación durante largos periodos. Los resultados de los trabajos que se efectúan en ese laboratorio son sorprendentes. “Muchas personas creían que los animales que viven allí iban a tener dos cabezas o cuatro ojos o iban a emitir una luz fluorescente”
La naturaleza se expande, sin ningún obstáculo, sin la influencia del ser humano. Naturaleza radiactiva, sí, pero también salvaje. «Los estudios previos de la vida silvestre en Chernobyl mostraron que la exposición de radiación crónica agotan los antioxidantes y aumentan el daño oxidativo. Ahora encontramos lo contrario, que los niveles de antioxidantes aumentaron y el estrés oxidativo disminuyó con el aumento de la radiación de fondo», dijo el Dr. Ismael Galván, del Consejo Superior Español de Investigaciones Científicas. Los resultados revelaron que con el aumento de la radiación, los niveles de glutatión (un antioxidante natural) de las aves aumentaron y el estrés oxidativo y los daños del ADN disminuyeron.
El fotógrafo especializado en naturaleza Sergei, afirma que luego que las personas evacuaran la zona en 1986, los animales no sólo están sobreviviendo, sino que sus poblaciones se están recuperando, ya que las tierras dedicadas a agricultura y pasto quedaron abandonadas y se han convertido en humedales y en bosques.
La naturaleza y un poder superior, obraron un milagro en esa zona devastada. Se remedió y hasta mejoró el desastre ocurrido por la irresponsabilidad, el descuido o hasta la indolencia del hombre. La genética y otras ciencias hermanas, han dado cuenta de la oxidación positiva (anti oxidación) y el fortalecimiento de la fauna y la flora, por consecuencia; en un sitio de muerte. Esta reflexión que hice para mí al ver un documental y a la consultar sobre el suceso y los antecedentes, motivó el construir y compartir este artículo. No perder la capacidad de asombro, es una buena señal, en los tiempos que corren.
¡De la catástrofe al milagro! A pesar del hombre y su inconciencia, en el mundo hay esperanza.






