Alas para volar…
@DanielaCarlos
Y tú mujer, ¿dejas que decidan por ti?…
Empoderamiento de la mujer.
Desde que somos pequeñas, a las mujeres nos educan de una manera diferente a la de los hombres. No enseñan qué es más apreciable para la sociedad, actitudes aparentemente sencillas, tales como que una mujer sea callada, lo cual implica que no podemos opinar; nos enseñan a ser quietas, que no podemos ir de un lugar a otro como nos plazca; y sobre todo a hacer lo que se nos pide que hagamos; a cumplir con los estereotipos físicos, a ser delgadas, de buen cuerpo, con una cara hermosa, siempre arregladas y presentables; a saber cocinar y a estudiar sólo lo necesario, para correr con suerte y en pocos años conseguir un buen marido.
Luego, cuando ya hemos crecido y estamos en edad de decidir, nos piden que demos nuestro punto de vista acerca de las cosas y el mundo que nos rodea, o nos preguntan ¿qué es lo que queremos?, ¿a dónde queremos ir?, ¿con quién queremos estar?, pero nuestra menta ya está tan domesticada, nos impide responder cosas tan sencillas como estas y vamos por la vida dejando que otros elijan por nosotros.
Por otra parte, la situación de la apariencia física es otro foco de atención, porque ni todas somos delgadas, ni todas somos Miss Universo, hay un abismo de diferencia entre una mujer normal y una de las que todas quisieran ser, porque eso nos hicieron creer, que estas mujeres son las perfectas, las que todos quieren y las más respetadas en todos los ámbitos sociales.
Que tristeza que hayamos crecido con estas creencias, o mejor dicho, con estas carencias, porque lo único que se denota es una falta de amor propio al por mayor.
Ser complacientes con otros no es malo, pero vivir para ellos eso sí que está de más. Luego se preguntan el por qué las mujeres somos tan complicadas… pues porque así nos criaron, simple y sencillo, pero cuando de hacer y marcar la diferencia se trata, ahí si no se dice nada.
Por ejemplo en las elecciones, son más las mujeres que los hombres quienes van y ejercen su derecho al voto, y si la mujer es jefa de familia, prácticamente toda la familia acude a votar.
Si de organizar se trata, díganme quien mejor para llevar dicha tarea que una ama de casa, que aunque las labores en el hogar no son vistas como un oficio, si conllevan mucho de las características del mismo.
Tantos y tantos ejemplos de mujeres que han sabido defender sus derechos, de poner la frente en alto y de hacer un alto a esa creencia de que las mujeres estamos solamente para complacer a otros.
Tal fue el caso de Sor Juana Inés de la Cruz, que tuvo que usar hábito para poder estudiar, porque bien lo decía el dicho: “Mujer que sabe latín, ni tiene marido, ni tiene buen fin”. Las mujeres que querían estudiar latín, eran mal vistas dentro de la sociedad en aquella época y la única manera de hacerlo con cierta libertad, era dentro de las paredes de un convento.
Como decía, nos enseñaron a estudiar poco, sólo lo necesario y nada más, para que no tuviéramos que pensar tanto, al fin y al cabo, siempre había un gallardo caballero que decidía y hasta pensaba por nosotras.
Otro caso fue el de Leona Vicario, quien para desconocimiento de muchos, fue una de las primeras reporteras en el país, quien a los 20 años, gastó la fortuna de sus padres para comprar armas y proveer de comida a los insurgentes. Yo creo que esta mujer tenía mucho carácter y no se dejó manipular por lo que una o varias personas le decían que tenía o debía hacer.
Y como ellas hay muchos ejemplos más, Amalia González, Eulalia Guzmán, Marta Lamas, esta última ha luchado fervientemente por los derechos de las mujeres.
Como mujeres, debemos ser precursoras de nuestros deseos y de nuestros anhelos, las esperanzas de una nación no están puestas solamente sobre los hombros de los hombres, para eso estamos también nosotras, para apoyar, para aportar, para crear.
¡Despierta mujer! Deja de permitir que decidan por ti, toma las riendas de tu vida, haz un cambio notable en la historia no solo de tu vida, sino en la de tu país, ¿quién dice que no puede haber una futura jefa de gobierno en el estado?, suficiente es tener un estado machista, como para que nosotras estemos de manitas cruzadas, sólo observando lo que a nuestro alrededor pasa.
Así que la próxima vez que te digan que no es necesario que decidas, firmemente diles que se equivocan, que sí es muy necesario que lo hagas, que siempre lo ha sido y siempre lo será.
¡Por ti mujer!







