Una opinión, una verdad
Quejosos doquier
Redacción: Kevin Jared Martínez Márquez
¡Están en todas partes! Quejas por aquí, quejas por allá. Últimamente, con vasta atención, noté que el número de «personas quejosas» ha incrementado considerablemente. Por todo reprochan, utilizando los famosísimos “pero…”. Las protestas, las oposiciones y los rencores están a la alza.
¿Por qué se quejan? No lo sé, no lo entiendo. Al parecer, los «quejosos» están decepcionados de casi todo lo que les rodea. Estas personas muestran una inconformidad absoluta hacia diversos ámbitos: político, económico, religioso, deportivo, laboral, etcétera.
Todo les parece mal. Por ejemplo, apenas escuchan la palabra “gobierno” y comienzan a molestarse: hacen gestos y no atienden a las explicaciones y perspectivas de otros.
También, los «quejosos» piensan que todos a su alrededor persiguen intenciones para nada favorables; piensan que la sociedad está abarrotada de engaños. Ahora resulta que ninguna empresa u organización desea ayudar al necesitado al implementar los programas benéficos, sino sólo desean robar y robar.
Las personas que se quejan una y otra vez han extraviado su «confianza en los demás». Depositan sus verdades en videos brutos de la Internet, en fuentes de información con antecedentes lamentables.
“No dones porque todo se lo queda la televisora”, dicen algunos «quejosos», más nunca han dado prueba de ello.
“¡No al redondeo, no ayudan a nadie!”, establecen.
“Todos los políticos son ladrones”, aseguran.
“La Iglesia posee muchas riquezas, y no saca de «pobre» al mundo”, reprochan.
Las «personas quejosas» siempre dirán tonterías, puesto que sus premisas no poseen un respaldo que justifique, argumente o explique lo establecido.
Y usted, ¿quiere ser un «quejoso»?
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