Fractalidades
Candidato sin partido.
Por: Salvador Hernández Vélez.
El fin de semana pasado Jaime Rodríguez asumió la gubernatura de Nuevo León. Además de iniciar un nuevo periodo de gobierno en ese Estado, también estará a prueba saber si es posible que un candidato sin partido logre realizar una gestión exitosa. Por el bien de nuestro estado vecino, todos esperamos que así sea.
A la vez, la democracia lo reclama, pues el desencanto de los ciudadanos va en aumento. Por ello “El Bronco” tiene una doble responsabilidad, la que asume frente a los ciudadanos nuevoleoneses y responder a las expectativas que miles de ciudadanos desean para el desarrollo del País.
En este contexto permea en el ambiente la pregunta ¿estará conciente “El Bronco” de la percepción que los ciudadanos tienen de la democracia? Veamos algunos rubros en relación con este tema.
Insatisfacción frente a la democracia. Recién desempacados, los resultados del Latinobarómetro 2015 son graves, aunque no muy diferentes a mediciones anteriores. De acuerdo con el reporte, América Latina es la región del mundo donde se encuentra el menor grado de satisfacción con la democracia. Sin embargo, existen variaciones importantes entre los 18 países de la región contemplados en el estudio: mientras que Uruguay alcanza 70% de satisfacción con la democracia, en México ese porcentaje solo llega a 19%. En cuanto al “apoyo” a la democracia, 48% de los mexicanos está de acuerdo con que esta forma de gobierno es “preferible a cualquier otra forma”, mientras que el promedio latinoamericano en este renglón es de 56%.
Crisis de representatividad. Latinobarómetro 2015 muestra también que solo 17% de los mexicanos se sienten representados en el Congreso, porcentaje menor al promedio latinoamericano: 23%. Algo similar sucede cuando se pregunta por la cercanía con los partidos políticos: mientras que en México 32% se identifica con algún partido, el promedio latinoamericano en la materia es de 40%.
Desconfianza. A lo anterior, resulta relevante señalar que los partidos políticos mexicanos son las instituciones menos confiables de todas. De acuerdo con la más reciente encuesta de Reforma sobre cultura política, la desconfianza de los mexicanos en todas las instituciones registró un aumento generalizado después de las elecciones del 7 de junio.
Sin embargo, los partidos cayeron hasta el sótano: 82% les tiene “poca o nada” de confianza, cuatro puntos porcentuales más que la Policía.
Respaldo social. La participación de candidatos independientes parece contar con un amplio respaldo social: según un estudio demoscópico realizado por la Cámara de Diputados, el 70% de los entrevistados ha “escuchado hablar de estas candidaturas”, 62% estaría “dispuesto” a votar por esta opción y 70% asume que se crearon como “alternativa para aquellos ciudadanos que no quieren votar por los partidos tradicionales”.
Las candidaturas independientes son, por un lado, producto del desencanto que los ciudadanos manifiestan hacia el sistema de partidos y, por otro, por la demanda que Jorge Castañeda Gutman, exsecretario de Relaciones Exteriores, interpuso contra el Estado mexicano en la Corte Interamericana de Derechos Humanos luego de que se le negó su registro como candidato “independiente” a la Presidencia de la República en el 2006. La Corte Interamericana, después de un largo juicio en agosto del 2008, dictó sentencia donde estableció que el Estado mexicano debía adecuar, en un plazo razonable, su marco legal con el propósito de que sus ciudadanos tuvieran a su disposición medios de protección judicial accesibles para proteger sus derechos políticos ante leyes que se consideran inconstitucionales.
Pero fue hasta 2014 que las candidaturas independientes en México obtuvieron su carta de naturalización, al promulgarse la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE). Y en las elecciones de este año hicieron su debut, tanto a nivel federal como en la mayor parte de las entidades de la República, los candidatos “independientes”. Ganando en Nuevo León, por primera vez en el País, un candidato independiente.
Los candidatos sin partido tienen la responsabilidad de cumplir con la encomienda que les confiaron los ciudadanos en la urnas. Esperemos que no suceda lo mismo que con Vicente Fox que fue un buen candidato, pero dejó mucho que desear como gobernantes
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