Alas para volar…
@DanielaCarlos
Colgando los tenis…
¿Buscando la salida fácil o encontrando un escape de su realidad?
¿Cuántas veces hemos escuchado la frase: “Ya colgó los tenis”? Popularmente se dice cuando una persona ya falleció, que bien o mal, se dice cumplió su misión en esta vida, pero ¿qué pasa con quienes interrumpen su misión y acaban de tajo con su existencia en esta tierra?
Estas y muchas preguntas más vienen a mi mente al leer en los periódicos o escuchar en las noticias que un joven se quitó la vida, es cierto que no sólo los adolescentes son propios de ello, pero si es más lamentable saber que alguien que apenas empieza a vivir decide no continuar su camino.
Es cierto que esta vida es dura y difícil para muchos y más para quienes no corrimos con la fortuna de nacer en cuna de oro, que ni ellos se libran de las garras tentadoras de la muerte. En México, el suicidio es la tercera causa de muerte en jóvenes, este dato nos deja helados, porque significa que nuestros jóvenes no tienen deseos ni ganas de vivir, no tienen ese espíritu de lucha inquebrantable y esa pasión por comerse al mundo que nos inunda durante nuestra juventud.
Ahora, los jóvenes han sido presa fácil de las sobriedades de la sociedad, de un consumismo que te hace querer tener lo mejor a costa de lo que sea, de pertenecer a cierto grupo social o de ser como la sociedad espera que seas. Que no se confunda el hecho de querer ser mejor persona, con tener lo que tiene otra persona, incluida su vida personal, de ahí la necesidad de ser o tener lo que tiene alguien más.
Además de esto, está el famoso “bullying” que como yo digo, siempre ha existido, nada más que antes nadie tenía un celular para grabar el momento tan terrible que pasabas y recordártelo cada que se le venga en gana, además los conflictos entre estudiantes se terminaban después de días o después de habladas, ahora, pareciera que quienes dañan la integridad de una persona guardan un rencor tan gigantesco que quisieran desquitarlo con el mundo entero, pero siempre es uno quien resulta ser el desafortunado chivo expiatorio.
Las agresiones no solo quedan en lo físico, se van a lo emocional, ahora con el uso desmedido de las redes sociales, cualquier persona está expuesta a que se burlen de el/ella, lo/la critiquen o lo/la agredan verbalmente sin ni siquiera conocerlos a veces. Estas personas no piensan, que con un simple mensaje pueden quebrantar la ya de por sí frágil estabilidad emocional de una persona y provocar que piense o sienta que le hace un favor al mundo quitándose la vida.
Más cuidado se debe tener cuando se trata de adolescentes, que ya de por si viven una etapa de vulnerabilidad donde todo se maximiza, a tal grado que si terminan con el que consideran el amor de su vida, para ellos es el fin de sus días. Me entristeció tanto el leer que en el vecino municipio de Parras, hace no más de tres días, un joven intentó quitarse la vida porque su pareja lo dejó, y peor aún es que en este municipio se hayan presentado ya varios casos en jóvenes y adolescentes.
En el estado se registraron cerca de 140 suicidios durante el año 2014 y en este año van más de 15, lo que nos pone en entredicho la labor que se está haciendo en el gobierno, si bien han disminuido, no se han eliminado del todo. Se gastan miles de pesos en campañas de prevención, que más que prevenir, pareciera quieren fomentarlo con una mercadotecnia que hiciera creer que se hace mucho, cuando en realidad se hace muy poco o nada, pero eso es tema para otra ocasión.
¿Qué podemos hacer entonces para contrarrestar esta situación? Yo diría que para empezar dejar de hacernos pato, porque si bien criticamos este tipo de actos, vemos que alguien sufre de daño físico o psicológico y no hacemos nada, nos volvemos unos espectadores más de la trágica situación que vive una persona, eso incluye a los padres de familia, a los maestros y a cualquier persona que pudiendo hacer o decir algo decide callar por comodidad o simple indiferencia.
Tal fue el tan sonado caso de un alumno de la secundaria del estado en San Pedro, que hasta con Laura Bozo fue a dar la noticia de este siniestro incidente. El niño se quitó la vida en su casa y no se dieron cuenta, la madre de familia decía que era culpa de un maestro y el maestro a su vez decía que los padres de familia no le prestaban atención, recuerdo que hasta una marcha se hizo en su nombre con el afán de obtener justicia, justicia para quién, no sé, porque a fin de cuentas el que sufrió y acabo él mismo con ese sufrimiento fue el niño en cuestión. No se puede culpar directamente a alguien, pero si se pudo haber hecho mucho al respecto, sobre todo por parte de quienes tenían los medios para hacerlo.
Podemos unir esfuerzos para llevar a cabo una verdadera campaña de concientización, no solo una campaña visual que se vea bonita y que a todos les guste, cuando lo que debería de ser es funcional. ¿Qué pasa con nuestros jóvenes en Coahuila? que si no resultan con un embarazo durante la adolescencia, sufren de bullying, manifiestan deserción escolar o deciden privarse de la vida. Algo se tiene que hacer, y se tiene que hacer ya, a quien le caiga la piedra que se sobe y que se ponga a trabajar ya sea la Secretaria de Salud, la de Educación, la de Juventud o la de Seguridad, o el mismo Gobierno Estatal, cada uno o todos en conjunto en beneficio de la sociedad.
Y si tienes hijos, amigos o familiares que manifiestan o amenazan con suicidarse no los ignores del todo, la mayoría de las personas que se quitan la vida dan muchas señales antes de hacerlo, con la esperanza de ser tomados en cuenta por lo menos una sola vez más.







