MI OPINION.
Adrián Garza Pérez
agpconsultor@gmail.com
Cuando el pueblo dejó de tomar las decisiones.
Sí, todo empezó cuando el pueblo dejó de tomar las decisiones. Los espacios que se ceden son ocupados por extraños, no hay plazas libres ni terrenos apartados; eso es utopía que fascina al arribista y al pagano. Dejamos de elegir y los sin escrúpulos, fueron electos. México transita con rapidez de una patria libre a un estado de rehenes.
La democracia a la mexicana se instauró en modelo de partidos, pero los partidos políticos se fugaron del pueblo y eso ya no es democracia. Se alejaron del dogma y se perdieron en el extremo; poder de unos pocos y negocio del mediero. La figura fenece y nos aferramos a ella; el pueblo grita que está harto de sus partidos que ya nos son parte, pero como es negocio, los partidos y los Jefes Partidarios, se han vuelto sordos y ciegos.
El poder político se escuda en los partidos, lo usan de vehículo social para impactar al pueblo. ¿Qué opciones hay para rebasar al veloz carro del partidismo obsoleto, cabalgar acaso en corceles blancos montados por independientes? Habrían de ser todos broncos y pelear contra molinos y desafiar estructuras y ampararse contra leyes y candados. Hay solo un Bronco que ha ganado, no empieza aun a gobernar y ya se sueña caudillo nacional, galopando en jamelgo engalanado.
Doce gubernaturas se eligen en 2016, es claramente una prueba de fuego. Las alianzas compensan electoralmente el retroceso de los partidos grandes frente a un pueblo desganado, pero son engaños simulados para fintar al elector. Los independientes ya asoman la cabeza para acometer el 2016 y hasta para el 2018 en que se renueva la Presidencia de la República.
Los tiempos electorales ya nadie los respeta y el vuelo de los independientes es frenado por el miedo político inventando candados y requisitos que demeritan el libre tránsito democrático. Los partidos políticos están ya agotados en el esquema y las nuevas figuras sociales de emergencia democrática, son reducidas desde el poder político.
El pueblo olvida su poder y se deja manipular. Dar reversa al juego de los partidos obligándolos a abrirse en estructuras y a ventilarse en democracia y autocritica internas, es opción urgente. No puede haber aspiración legitima ni candidatura válida si no son acompañadas de propuestas, de debates, de confrontas de ideas y de expedientes y antecedentes personales y políticos, prístinos, dispuestos y expuestos a la luz de todo el pueblo.
La gente debe retomar el control del campo político, auditar a sus partidos y ante la cerrazón, abandonarlos a su suerte. Resulta cada vez más necesario dejar la improvisación de los emergentes e irse preparado con tiempo, recordar que se competirá contra los perversos, los mentirosos y los cobardes, que escudados en el poder de algunos, desequilibran la tabla y vuelven disparejo el terreno. Profesionalizar al independiente y al independizado y violentar los tiempos, son opción obligada. Empezar temprano en redes sociales, digitales y terrestres, zanjará un tanto la ventaja de los controladores.
¿El pueblo retomará la toma de decisiones, recordará a tiempo que es el dueño de su voluntad y el hacedor de su destino? Otros gañanes deben ser conminados a soltar los hilos del muñeco de trapo devenido en títere político. El control del pueblo y para el pueblo, el poder del pueblo y solo para este, es la única democracia conveniente.
Los partidos a picar piedra y a flirtear para empezar de nuevo a ganarse al pueblo. Los independientes a profesionalizarse y ganar terreno. Los gobiernos auditados y sacando los tentáculos de los procesos eleccionarios. La democracia ha tenido un retroceso y el pueblo se ha resentido. Retomar el control social ¡es el único camino político!
¿Quién elige a los candidatos porque el pueblo ya no?, el pueblo solo vota por el menos malo de entre los que ya eligieron los controladores electorales. Cuando el pueblo dejó de tomar las decisiones, empezaron los problemas.






