Entre la palabra y la tinta
-Yo quiero ser un pavorreal-
Por: Sergio Arévalo
Todas las mañanas hay algo que  me recuerda que estoy envejeciendo: mis pequeñas pero acumuladas canas,  y es que las ingratas pareciera que se reproducen con el agua como los gremlins, aquella famosa película producida por Steven Spielberg y escrita por Chris Columbus a finales de los 80. Para agregarle más terror al asunto, hace unos días me toco ir a la boda… ¡de un sobrino! ¿Tío saltado, tío quedado? El tiempo lo dirá.
Pasan los años y uno por más que se quiera de hacerse el experto en algo siempre se cometerán pequeños o grandes  errores, en esta ocasión uno que me hiciera sentir  novato, me pasó que  en el patio de las oficinas centrales del edificio de  Municipio de Cultura  en  la presentación del libro Aeropuertático de Jorge David de apellidos Muñoz Luisillo, a quien la secretaria técnica del IMC  se dirigía como Luisillo, yo como no me atrevía a decirle así  por no tenerle tanta confianza me dirigí a  él como Luis para mostrar seriedad, nadie dijo nada el silencio habló. La presentación transcurrió de manera amena y ágil, yo por mi parte le di un tercer nombre al autor que pesé a su notable juventud “va que vuela” para ser una de las grandes plumas de nuestro país (favor de archivar esta columna para que vean que también la hago de Nostradamus).
El libro nos narra la vida de Vannesa, una pequeña de 8  años que sufre por circunstancias de la vida (favor de proyectarse…todavía), ve el ático como el lugar idóneo para inventar cosas para poder volar. En la obra se cuenta que la niña tiene la idea de que su abuela muerta ha renacido en un ave explícitamente en un pájaro, ¿qué ave serías tú?
Eso  me recuerda que en el día a día estos animalitos se encuentran presentes en la vida, mi abuela cuando no le parece una mujer adecuada para alguno de sus queridos nietos, normalmente les dice “viejas cacatúas”, mis pequeños sobrinos se ponen a jugar como “pequeños colibrís”, y mi hermana cada vez que me ve comer fuera de hora (cosa no muy común…) empieza a imitar a los guajolotes haciendo un sonido así como “goldo…goldo…goldo”, esto sin olvidar aquella analogía que hacía quien era dueño de mis quincenas en donde comparaba a los “pretendientes” como “buitres” que esperaban que terminaramos… Buitres #callme.
Aves y otros animales se pueden ver en la exposición “Yolcameh Coahuila”: La Fauna de West” de María West en donde a través de 30 muestras en acuarela resultado de un año trabajando. Me explicaron que Yolcameh significa “animal” entonces, evitemos que nos llamen “yolcameh” y no se pierdan esta grandiosa exposición en el Centro Cultural Vito Alessio Robles.