Una opinión, una verdad
Castidad en los jóvenes
Redacción: Kevin Jared Martínez Márquez
La castidad en los jóvenes representa el respeto, la madurez y la razón que los mismos poseen ante la vida, ante la sociedad, ante Dios. Todas las personas, debidamente instruidas, reconocen la castidad en el ser humano como un pleno acontecimiento de cuidado exterior e interior, personal y social.
Lamentablemente, hoy en día los jóvenes se detestan a sí mismos. Dañan sus vidas. Dañan sus cuerpos. Dañan sus ideales. Dañan a la sociedad.
Me es inaceptable que los jóvenes comercialicen sus personas. Tristeza y repudio es que renten y condicionen sus cuerpos.
Los jóvenes consideran que los aspectos superficiales son lo más importante. Piensan que todo aquello que los enaltece ante los demás es lo indispensable para sentirse plenos y realizados.
Desde mi perspectiva, permanecer casto hasta tiempo después de contraer matrimonio, tanto por las leyes de nuestra sociedad como por las leyes de Dios, es lo correcto. Además, los jóvenes, aun siendo esposos y esposas, pueden decidir por abstenerse a todo aquel acto carnal que pueda existir.
Los que desean estructurar un núcleo familiar, ante todo, deben valerse de aquellos conocimientos morales necesarios para crear un bienestar tanto individual como matrimonial.
Los actos sexuales representan únicamente una herramienta para procrear.
Es erróneo el concepto de que dichos actos deben permanecer por placer y por salud. Sólo una persona desahuciada de sus sentidos morales reconocerá al acto sexual como algo «gozoso» y «necesario» y, peor aún, como algo rentable y condicional.
Entre los jóvenes se erradicó el «respeto por los hogares». Nuestros cuerpos son nuestros hogares, nuestras casitas. Así también, para los católicos, nuestros cuerpos representan la casa sagrada de Dios, misma que debe cuidarse al igual que una pepita de oro invaluable.
Cuidar de nuestra castidad es cuidar de nuestra dignidad. Debemos, todas las personas del mundo, cuidar de aquellas castidades presentes: la castidad del pensamiento, la castidad corporal y la castidad incorpórea.
Ésta fue sólo una opinión, posiblemente, una verdad.






