¡EN LA MADRE!
¿Qué tanta influencia tienen los consejos que te dio tu madre en las decisiones financieras y en la forma en que hoy te llevas con el dinero? ¡Sin duda más de lo que te imaginas!
Los refranes, dichos un momento específico de tu vida, te van acompañar a lo largo de todos tus movimientos financieros, esa pequeña lección quedó grabada en tu mente y sin que te des cuenta hoy dirige la relación que tienes con tus billetes, ahora es una pequeña vocecita que anticipa, evalúa e instruye tus decisiones.
Es indudable que la manera en que respondes al riesgo en una inversión, negocio, bisne o invitación a iniciar una sociedad incluye los consejos de tu madre. Por ejemplo, como decía Jovita «Más vale pájaro en mano que ciento volando», o te dijeron «Más vale paso que dure y no trote que canse», es probable en tu infancia hayas escuchado «Poquito pero seguro». Pregúntate, sólo pregúntate, si tu relación con el dinero no se parece a ese consejo…
Si la abuela te decía «En el colchón sólo la espalda para dormir y las nachas para hacer el amor, nunca tengas tu dinero ahí Güerito», o si te dijeron «El dinero es como el estiércol, si no lo riegas no produce, sólo huele y crea moho», seguramente tendrás un espíritu emprendedor.
Los recuerdos de tu infancia también influyen en tu respuesta a la pregunta ¿cuánto dinero es bueno?, es posible que aún cuando ganes mucho, siempre creerás tener poco en tus manos, pero si escuchabas eso de que «Detrás de una gran fortuna hay por lo menos un crimen» inconscientemente desearás ser pobre, aún cuando de manera consciente no lo desees.
Le pregunté a Garcilaso cuando pasaba por su taller de soldadura (y ahora con la Reforma Fiscal, también taller de mecánica), si recordaba alguna historia en su familia que influyera sobre sus decisiones, y me contó que su abuela, una mujer que había enviudado a los 33 años, con 6 hijos que mantener, le decía «Quien para sí mismo trabaja siempre tiene que comer consigo». Ya entrados en la hora de las netas, dijo Garcilaso «Mi madre en una ocasión le dijo a mi abuela que quería ir a la kermesse de la fiesta del pueblo, pero no tenía dinero, a lo que la abuela le dijo que le quedaban dos días para conseguirlo, que se pusiera a hacer muñecas con los trapos que sobraban de su taller de costura, que las vendiera y así obtendría dinero».
También le pregunté a Caro (mi amiga que vende bolsos afuera del colegio) cómo y cuánto influyen en su vida los consejos financieros que su mamá le había dado en su infancia, abrió sus grandes ojos -que ahora sí pude mirar- y me dijo que recordaba un refrán «El que cuida para otro día, es que de Dios desconfía», lo que me motivó a preguntarle cómo era actualmente su relación con el dinero, confesó que le cuesta trabajo ahorrar.
Se preguntarán si tengo algún refrán de mi madre, sí, «Pon tu negocio hijo, a los que tienen uno siempre les va bien», y como José Alfredo Jiménez «La última y nos vamos», mi mamá también me decía «Si vas a trabajar para alguien, que sea para el mejor ¡y el mejor eres tú!».
Espero que hayan disfrutado su día todas las madres, las mamás empresarias, las mamacitas, las que son a toda (madre), las que nos hacen sentir a toda (madre), las que no tienen (madre), las que nos dieron en la (madre) y las que se quedaron sin (madre) ¡un abrazo a todas!






