MI OPINION. 
Adrián Garza Pérez
agpconsultor@gmail.com
Detroit, de los escombros… (1)
Un referente es un algo que imitar, es el norte que seguir, es el modelo que copiar; Detroit creció siendo ese ejemplo de excito que copiar, desde tantos ángulos. Ramos Arizpe en Coahuila, nuestro orgullo local, ha querido ser apodado el Detroit de México, y eso le hace bien a este sitio industria y automotriz, pero la comparación, le resta mérito a la metrópoli de Michigan. El rey del bajío, Silao, quiere ser, pero su vecino ordenado León, o el pujante Querétaro, o la dinámica Apodaca y el naciente polo de Pesquería; San Luis, el detonador de parques o la alta Toluca; todos quieren ser ese Detroit, ese que fue referente mundial de éxito industrial, de modelo en clústeres automotrices, de gigante de los negocios y los bienes raíces. Nadie quiere ser ese, que se quebró por los excesos.
¿Cómo llegó tan alto, y cómo cayó tan bajo? “Quizás no sea descabellado sugerir que la misma situación geográfica, las mismas fuerzas económicas, los mismos procesos sociales que la llevaron hasta su apogeo, produjeron, en una serie de crueles y devastadores efectos contrarios, su decadencia actual”.
La geografía de Detroit, ubicada estratégicamente en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, a orillas de un estrecho entre los lagos Erie y St. Clair, la transformaron desde su fundación en un lugar estratégico en la unión de las vías navegables y vastos territorios. Una vez consolidada su posición por colonos franceses, los sucesivos cambios en los sistemas de transportes (canales, ferrocarriles, rutas aéreas, autopistas) consolidaron su posición. Pero el mismo dinamismo que puso en marcha un nuevo sistema de transporte tras otro, le restó valor estratégico a la ciudad cuando las autopistas y los aviones equipararon la de otras ciudades y regiones, y países, como lugares para radicar industrias, o para desconcentrarlas, como en el caso de la industria principal de Detroit, los autos.
La economía de Detroit tuvo su auge desde el fin de la segunda guerra mundial hasta mediados de los años 60. Los Estados Unidos emergieron de la guerra casi sin competencia para sus productos industriales, especialmente automóviles. Las 3 grandes automotrices de esa época: GM, Ford y Chrysler; tenían sus bases en Detroit y construyeron inmensas plantas en la ciudad. Con el tiempo, la recuperación económica de los 50 y los 60, permitió a la competencia europea y japonesa socavar lentamente la base de este oligopolio. Para eficientizar su producción, huyendo de los poderosos sindicatos que habían logrado condiciones de trabajo y planes sociales muy ventajosos, las grandes automotrices descentralizaron su producción en distintas regiones del país y en otros países, especialmente México.
La crisis de 2008 terminó de destruir el poderío de las 3 grandes armadoras, que tuvieron que ser rescatadas por el gobierno federal para no desaparecer; y que devinieron en funciones estratégicas, unas que evidencian socios y dueños muy distintos a los originales. Pero todas las localidades donde se ubicaban sus grandes plantas, muchas de ellas ahora cerradas, son ahora pueblos fantasmas, con cuadra tras cuadra de fábricas, casas, edificios públicos, hospitales, estaciones abandonadas. 
“Detroit, año cero”, así ha bautizado el prestigiado diario español El País, al artículo sobre la emblemática ciudad de Detroit en Michigan; la capital automotriz del mundo. Detroit, que en francés antiguo (Citat d’Etroit), significa: Ciudad del Estrecho, es la ciudad más grande del estado  y la capital del condado de Wayne. Localizado sobre el río Detroit, en la región noreste de los Estados Unidos.Fuente importante de herencias de música popular por el sello discográfico Motown, famoso por los dos apodos de la ciudad, Motor City and Town. Fundada en 1701 por comerciantes de pieles franceses, quienes llamaron a la ciudad París del Oeste a finales del siglo XIX, por su arquitectura. Durante el siglo XX surgieron otros apodos, como Rock City (Ciudad Rock), La D, Ciudad-D, Hockeytown (Ciudad Hockey) y La 313 (número que es su prefijo telefónico local). Detroit se niega a morir, pero además, como el ave fénix, resurge de sus cenizas, y está de pie, iniciado “su año cero”. TERMINA PRIMERA PARTE.

              
 




