EMPRENDEDORAS

El nivel de emprendimiento, ¿está ligado a la capacitación que la persona haya recibido, es un don innato o es la combinación de ambas?

Entrevistaba a una candidata para una vacante de asesora financiera en una firma de consultoría, cuando le pregunté si estaba dispuesta a trabajar tiempo completo, me respondió que sólo podía medio tiempo, porque el otro medio lo ocupaba en una empresa de la cual ella era propietaria, muy seria me dijo:

—Soy propietaria de un coche en Uber, es mi negocio.
—¿Quién es el chofer de la unidad? —pregunté
—Yo soy el chofer, para aprender el negocio primero hay que vivirlo y para conocerlo, en ocasiones tienes que trabajar en él —aseveró con confianza.

Volví a leer su hoja de vida y le dije:
—Tu curriculum vitae me dice que tienes un posgrado en Estados Unidos,  en Finanzas,  ¿es correcto? 
—Así es —respondió—, estudié un Posgrado en una universidad americana en California, durante dos años. Durante el tiempo que estudiaba allá era usuaria de ese servicio de taxi, al  regresar a México mis ahorros eran escasos y tenía algunas estrecheces de dinero, así que en lo que encontraba un ingreso —nunca dijo trabajo— decidí iniciar este pequeño negocio. Mis padres se preocuparon un poco por mi seguridad, les comenté que no se preocuparan por ser una mujer conduciendo un auto de alquiler, que no habría problema.

Yo, acostumbrado a ver en casa mujeres trabajadoras y emprendedoras, desde mi abuela hasta mis hijas,  no había reparado en ese detalle…

—¿Sabes qué? —continuó con desenfado y con una enorme capacidad de comunicación— esa la primera pregunta que me hacen mis clientes y usualmente es el primer tema de conversación, y pienso que la mayoría de ellos también pueden ser mis clientes como asesora financiera, pues son usuarios con un buen nivel adquisitivo.

A mi entender existe una alta relación: entre más alto es el nivel de estudios, estás más confiado en que «alguien» (una mano mágica, como decía Adán Smith) hará lo que sea necesario para crear un puesto de trabajo, este, sin duda (y afortunadamente) no había sido el caso, pues por lo que escuchaba durante la conversación de esta interesante candidata, entre más preparación contaba, más se esforzaba por ser independiente. También he escuchado el tabú de que existen diferentes trabajos para diferentes niveles de estudio.

—¿Sabes, Luis? —me dijo— ahora entendí, lo básico y la parte fundamental de mi negocio es quién conduce el auto, por eso lo haré yo misma durante un tiempo, eso me permitirá entender el negocio y luego pensar en algo más grande.

—Un orgullo conocerte —le dije a la candidata al despedirnos, asombrado por su capacidad para emprender estando preparada académicamente y generando su empleo—.

Les conté la historia a mis amigos en el taller de Garcilaso y de repente escuché:

—Es que no hay empleos apropiados —dijo mi amigo el Agrio (el que solo encuentra prietitos en el arroz)— y  habrá menos si seguimos esperando sentados el refute.

No importa lo que hayas estudiado, ni dónde lo hayas hecho, tampoco importa el nivel que hayas alcanzado, ¡lo que importa es tu sentido de independencia y creatividad! Nos leemos la próxima semana, será una columna del Día de la Madre.


Tags: Emprendedores, Creatividad, Finanzas.

Acerca del autor:
Luis (@Kutsol) se ha desarrollado en el sector financiero desde 1982, ha trabajado en inversiones, retiro, seguros y la banca privada tanto en bancos, casa de bolsa y aseguradoras. Es Presidente y fundador de Ku Tsol, empresa que se especializa en la búsqueda, atracción y desarrollo profesional. Ha impartido conferencias en México y Estados Unidos sobre temas de seguros, retiro y motivación.