MI OPINION.
Adrián Garza Pérez
agpconsultor@gmail.com
Perfil de un candidato.
Perfil es, según el diccionario, “Línea que marca el límite de una cosa mirada desde un punto determinado. Vista lateral de una persona o cosa. Conjunto de rasgos peculiares que un puesto de trabajo engloba a nivel de educación, nivel de formación, experiencia y habilidades intelectuales y/o físicas, para una persona”. El perfil, aplicable al uso llano del lenguaje, es tanto como, ¡quién eres!
¿Cuál es entonces el perfil del candidato, el perfil que deseas, para tu comunidad; en el congreso (local y federal), en las alcaldías, y en el gobierno, en el local y en el nacional; cual, el de los candidatos a magistrados, a cónsules, a embajadores, a titulares y consejeros de instancias descentralizadas, todos con injerencia en el gobierno y en la decisión de cosas públicas, que te afectan como pueblo elector?
El perfil de tu gobernador o de tu presidente de la república, son importantes; y lo fueron antes, cuando eran candidatos a esos cargos que hoy tan disipadamente ostentan. Y digo tuyo, porque, tú lo elegiste, claro está, que él no sabe ni sabrá, ni quisiera saber, que es tuyo, y que con tus impuestos, tú le pagas, y por ello, debes mandar sobre él; sobre sus unilaterales decisiones, que te afectan, como pueblo y como el gran elector que eres.
¿De dónde viene, o de donde vino? ¿Dónde nació, quien es su familia, con quien se junta, sus amigos y socios, sus aliados y camaradas, sus anhelos y visiones, sus sueños y pesadillas? ¿Cuantos cargos ha tenido, como los ejerció, regresó a sus electores o solo los usó, defiende hoy lo de ayer o ataca lo que alabó? ¿Dónde vivía y donde vive, y hasta donde aspira a vivir, una vez que sienta que ya vivió del cargo, si es el caso?
¿Su carácter, su humor, su trato, su conducta social y privada, son las mismas; el o ella, son lo que eran o han cambiado; su cuerpo, su mente y su alma, siguen como antes o ya no corresponden al pertfil por el que lo apoyaste? ¿El perfil de tu candidato de ayer, es el perfil de tu legislador, de tu alcalde, de tu gobernador o de tu presidente, de hoy; son lo mismo, los mismos?
El candidato, ve en la sociedad, un ente difuso, lejano, ajeno, necesario y cómplice, al que hay que llevar al baile, aunque bailen mal. Le hablarán bonito, pondrán su mejor cara, le darán la mano, le besaran y hasta comerán de su mesa; le darán espejitos modernos (despensas, materiales, regalitos y hasta comprarán su ánimo y su voto, si fuese necesario y ameritado). La foto de grupo o la selfie contigo, (si vales como líder, como voto duro); todo, durante la promoción del voto. No hay empatía individual, no hay interés personal. Luego de la elección, ni eso.
Aprovecha tu fuerza social mientras dure, capitaliza tu valía mientras valga, usa tu representatividad mientras dure la campaña; ejerce tu liderazgo, sin pensar en que quieren ellos, y fijo el interés en lo que tu comunidad demanda, en lo que necesita. Vota luego de conocer, de fondo, el perfil de quién toca a tu puerta, y que seguramente, no la volverá a tocar, salvo que te vuelva a necesitar; que olvidará tu cara, si la vio, y que ignorará tus cosas, si lo visitas en sus cómodas oficinas, una vez electo.
Vota perfiles de gentes de carne y hueso, vota perfiles de gente que conozcas bien y de fondo, interésate por conocerlos, no caigas en la banalidad de las campañas, ni en la frialdad de la propaganda; vota perfiles de ánimos reales no de colores coyunturales. Vota la congruencia no la elocuencia; vota por “quien te vea la cara”, pero solo cuando te vio a la cara.
Pues sí, reparar a tiempo, en un, aparentemente trivial asunto, como “el perfil de un candidato”,…podría cambiar toda la historia. La presente y sobre todo, la futura.






