OPINION.
Adrián Garza Pérez
agpconsultor@gmail.com
¿Recordaremos a Rubén?
Los gobernadores, llegan a ser tan poderosos, que olvidan que el poder se acaba. México, con el pacto federal, les dio libertades de acción (constitucionales unas, y meta constitucionales, muchas otras), al extremo de ser jefes todopoderosos en sus entidades. Han pasado por etapas de presidencialismos tan fuertes, que los limitan, con los recursos que les mandan etiquetados o ya gastados, o por el control político y mediático; pero eso es historia.
Dos sexenios de orfandad, fueron extremo convenientes, para los gobernadores, que devenidos del PRI, tenían un presidente emanado del PAN (Fox y Calderón). Con la cuchara grande despacharon sus ánimos, vean ustedes si no. Huberto Moreira, fue uno de estos beneficiados con la suerte política, una perversa, desde el punto de vista ideológico (perdió tu partido la presidencia, pero ahora te mandas solo). La estrategia: peléate con el presidente, y te dejará en paz.
Recordemos el extremo de su ejercicio: construyó obra pública en todos los rincones del estado, en ejidos pobres y en comunidades alejadas; en las ciudades, la obra fue moderna y vistosa. Los programas sociales fueron amplios. Pero, endeudo al estado por generaciones; hubo truco y maña en los empréstitos, las explicaciones son  malas y de mala gana. Mucha información se ocultó, y salió a la luz, cuando ya era tarde. Su hermano, colgado  de la propaganda, de los recursos,  y de su propia campaña (desde el gobierno estatal),  fabricada con astucia y premeditación, forzó la caja de pandora del priismo, y recibió, en herencia, tan nepòtica como legal, la gubernatura.
En Coahuila, por el desfase de calendarios, tenemos papá por un año y padrastro por cinco. Los presidentes que influían en la designación del candidato de su partido a la gubernatura, lo apoyaban más. Los afectos hacen la diferencia en la vida, los padres, por ejemplo, aunque juren que no tienen preferencias, en el fondo, alguna tendremos. Peña Nieto no puso a Rubén, es del PRI y supone sumisión estatal, pero, como trae la casa de cabeza (sus opositores, han capitalizado de manera eficiente sus pifias, y hasta las acciones relevantes y reformas trascendentes, las han volteado en su contra), se convirtió en un papá que esta distraído, y te deja hacer, casi lo que quieras.
Aprovecha bien su circunstancia, hace casi lo que quiere; pero, muchas de sus acciones, que pudiesen ser útiles e inteligentes, como son unilaterales y discrecionales, tienen impactos sociales negativos. La dualidad política le complica el libre tránsito: La herencia de su hermano, con “conveniente balance negativo”, es freno para actuar; pero se compensa con la distracción del presidente, y el estilo “desenfadado” del gobernador.
Se dijo que estuvo enfermo y grave (campaña e inicio del sexenio),  no hay claridad de su estado de salud actual. Gobierna casi libre, y casi porque, sí hay presidente y lo hay del PRI, y si, tiene primera dama y le gusta mandar, y sombradas tablas tiene para hacerlo. Tiene ganas de definir su gobierno en alguna cosa específica que lo recuerde. La cultura fue la idea original. Coahuila sería valorado y aplaudido, en el mundo, el país, y hasta en casa, por la promoción de los talentos coahuilenses, que son muchos, y destacan por méritos propios: en el arte, la literatura, en la cultura en general.
Rubén cambió. Puso el freno a la cultura y vio en los derechos humanos y la trasparencia, los filones del legado, “que lo recordarían”. La diferencia ha sido que, con la cultura, envolvía a las grandes masas sociales, en aventuras culturales, exportables al mundo. No así, el enfoque de derechos humanos, que se destaca por ensalzar minorías en contra de las mayorías, por generar controversias y enfrentar a la sociedad, por debilitar la figura familiar. Y, la trasparencia,  que choca contra temas: de deuda, inseguridad, escasa obra pública, IED y empleo; donde hay datos opacos, y verdades a medias.
En la vida, recordamos: por familia, por cariño, por admiración. En política, por resultados, por congruencia, …por probidad.