Lo que Iguala-Ayotzinapa se llevó: la verdad (tercera y última parte)
 
Alexia Barrios G.
 
“La primera baja de una guerra es la VERDAD”   
Esquilo
 
 
“54% piensa que el gobierno de la República es el principal responsable de la desaparición de los 43 normalistas de #Ayotzinapa”, así registró de manera contundente el reciente estudio deParametría sobre la percepción de los mexicanos de la que es la peor crisis sociopolítica que haya enfrentado algún gobernante. Es la percepción que ha vencido a “la verdad” sobre lo que quizá nunca se llegue a saber por más investigaciones nacionales e internacionales que se hagan.
 
Por eso es que el dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete, presume que la crisis de Iguala es un asunto superado para su partido y ahora le han dado la vuelta a la página. No le falta razón al oportunismo de Navarrete y todas las tribus perredistas; en el mundo de las percepciones los perredistas resultaron inocentes y han trasladado la condena pública al gobierno de la República, cuyo gabinete de crisis sigue sin entender la trascendencia de este problema.
 
Esa es la actual circunstancia por la que atraviesa la guerra de percepciones entre la narrativa de los enemigos del gobierno de la República, ubicados entre quienes piden la renuncia y quienes desde la PGR tratan inútilmente de convencernos de que fue un hecho del crimen organizado y de sus ramas con la clase política.
 
Los asesinos de la verdad son muchos. Aquí algunos de los que debemos referir:
 
Los aparatos “de inteligencia”, llámense CISEN, CNI, ACI, CENAPI, inteligencia militar e inteligencia naval. Durante años se denunció a los Abarca, al PRD Guerrero y al gobierno de Aguirre Rivero de haber negociado con grupos delictivos desarticulados después de la muerte del “Jefe de jefes” Beltrán Leyva. Esta columna ha sido una voz entre muchas otras que se han dedicado a darle seguimiento y denuncia a la forma atroz en que la narcopolítica penetró en toda la tierra caliente sin que ninguna autoridad hiciera caso, hasta que vino lo de Iguala para que todos miraran hacia este municipio y ahora es un problema de imagen internacional. Hasta ahora, sin información sensible, los aparatos de inteligencia sólo han abonado a la confusión en las investigaciones y filtraciones.
 
La PGR, por omisa, por lenta, por inepta en su comunicación y la forma en que desvaloró las denuncias y reclamos de ciudadanos, víctimas, medios críticos y redes sociales. Entró tarde, entró mal y los días se volvieron semanas y meses y quizá lleguemos al año sin que haya una comunicación efectiva que aclare al ciudadano y a los medios qué ocurrió además de la “noche más triste” (el reportaje con datos ministeriales de Nexos).
 
Los activistas de la CETEG y los dirigentes normalistas, que han tenido en la desaparición de los 43 a las víctimas de sangre que ellos han querido para crear las proto-guerrillas urbanas y rurales que nunca antes tuvieron. Antes de Iguala, nadie en Guerrero ni en México avaló o siquiera aplaudió alguno de los “actos revolucionarios” de estos grupos, ahora, bajo el señalamiento de que “fue el Ejército, fue el Estado”, consigna lanzada en principio por el EPR, reporteros “políticamente correctos” han coreado la consigna y se ha hecho viral en redes sociales y con quienes desde el exterior de México creen que así fue y ha sido. Las voladas periodísticas no han abonado a explicar qué pasó y dónde están los 43, pero sí han dado más elementos a la confusión y la incredulidad de los mexicanos.
 
Por supuesto, han asesinado a “la verdad” el grupo político del PRD que apoyaron a Aguirre Rivero, Ebrard, Sofío Ramírez y Beatriz Mojica, quienes con al menos tres encuestas nacionales en sus manos, han aprovechado que la percepción de los ciudadanos es que “fue el gobierno de la República” para deslindarse, desmarcarse y que en sus asambleas tribales (tanto de Nueva Izquierda, ADN como IDN) repitan a sus bases que repitan dicha frase como “la verdad”. Se olvidó que fueron bajo los gobiernos perredistas de Guerrero desaparecieron los estudiantes normalistas.
 
Los medios políticamente correctos lo han hecho, con plumas finamente apuntadas desde la Patagonia o la comodidad de un café en la Condesa, han creado dicha atmósfera. Sin embargo, también Televisa y sus periodistas han sumado dicha incredulidad, al permitir que Carlos Loret de Mola sea el mensajero ¿involuntario? De grupos delincuenciales y políticos ineptos que quieren confundir, como está el hecho de la detención no aclarada de alias “El Carrete” o “El Ocho”, Santiago Mazari Hernández, quien salió respondón en respuesta a la filtración en El Universal el también identificado como líder de Los Rojos, mandó colocar seis narcomantas en puentes peatonales de la zona sur de Morelos, negando toda participación en el caso de los normalistas.
 
Por supuesto, y aquí nos incluimos muchos, se ha matado la verdad desde las redes sociales, donde lo que más circulan son verdades a medias, falsas verdades y versiones tan disparadas con el fin de denostar y crear una falsa imagen de lo que en realidad pasa en el país. Sin ninguna estrategia ni plan efectivo para responder la ofensiva Open Source Intelligence (OSINT) desplegada en México y con apoyos en Europa, grupos afines a MORENA y a grupos de la derecha mexicana, han promovido  desde las redes sociales su propia verdad y sus propios intereses, por supuesto, muy lejos de hallar la verdad por la que ruegan los padres de los 43 normalistas.
 
La única verdad hasta ahora es que el gobierno de la República no ha realizado ninguna acción considerable, aceptable o mínimamente creíble no sólo para el rescate y defensa de la imagen del Presidente. La forma en que los del grupo gobernante reaccionaron a las declaraciones de González Iñárritu y del Papa Francisco, sólo reafirma  que de ninguna forma se hace algo digno e inteligente para mejorar la percepción nacional e internacional tan negativa.
POSDATA: Que la señora bloqueadora de opiniones, la clasista y plagiaria Denisse Dresser y el “periodista” golpeador de mujeres Fernando del Rincón se digan víctimas de la libertad de expresión, equivale a tanto como la victimización del “mirrey” del diazordacismo, Pedro Ferriz de con.  En fin, los tiempos de las redes sociales sirven para estas comedias y otras peores.
 
alexiabarriossendero@gmail.com