¡Más deuda!
EL PAÍS RESIENTE ya los efectos del terremoto financiero provocado por la caída libre en el precio del petróleo, quienes no reaccionen a tiempo ante esta crisis, resentirán más sus efectos. Una entidad de gobierno sobre endeudada requiere reacciones inmediatas que, cuando menos, toquen dos renglones básicos: recorte en proyectos de gran inversión y reducción efectiva en el gasto corriente.
RECORTAR EL PRESUPUESTO de egresos es una forma de ver el recorte, la otra es suspender proyectos grandes, ya incluidos en el presupuesto, para suavizar el impacto. Claro, quienes tenían ahorros, tanto en dependencias federales como en estados y municipios, palearán esta amenaza financiera de mejor forma, pero para quienes no ahorraron y además estaban sin liquidez, el asunto se torna complejo. Podrán argumentar que nadie podría adivinar que esta realidad financiera se presentara, toda vez que sus efectos son empujados desde fuera, pero cierto es que la previsión y la prudencia eran aconsejables desde hace meses.
EN COAHUILA, POR ejemplo, se arrastra una deuda tan grande que sobrepasa el presupuesto total del estado de varios años. Buscando liquidez milagrosa (esa que saca de la misma deuda recursos para gasto corriente y obras), se han alargado los plazos y montos renegociando la deuda, comprometiendo participaciones federales de los siguientes años y sexenios. Crece la deuda interna (con proveedores y acreedores), y se ha crecido en gasto corriente, en sueldos y salarios. El desempleo y la insuficiente IED (inversión extranjera directa) tampoco abonan a este escenario de quiebra estatal. Por todo ello, y algo más, se puede concluir que las finanzas del estado están gravemente comprometidas.
LA MEDICINA SIEMPRE es amarga, la receta local contiene varias y en fuertes dosis: contratar más deuda, volver a “renegociar” la actual (actuales), recortar proyectos; dejar de pagar, otra vez, a proveedores y adelgazar el aparato burocrático (bastante obeso). Las dolorosas noticias están por conocerse: El enorme y millonario recorte federal pega a Coahuila, tan fuerte, que no se podrá hacer frente a compromisos con la banca acreedora ni se podrán financiar obras y servicios, ya considerados para el ejercicio 2015.
EL MAQUILLAJE FINANCIERO ha sido habilidad multisexenal, de esas costumbres históricas (aquellas que hizo famosas Lacho del Bosque, QUEPD) que han caracterizado a los gobiernos del régimen, sobre todo en tiempos electorales, como estos. No nos extrañemos que se pretendan suavizar los efectos y minimizar las medidas restrictivas consecuentes. El Gobierno federal, que pasa por un mal momento, uno muy malo, por cierto, enfrentó el tema anunciando un recorte presupuestal grande y cancelando proyectos millonarios en Pemex y en comunicaciones y transportes, que incluyen dos refinerías, el tren ligero, y muchas otras obras. Avisó a entidades y municipios, que el golpe va, y fuerte.
EN LO LOCAL se están avisando a los burócratas que les rebajarán el sueldo en un 20%, que se impondrán cuotas por secretaría para correr funcionarios y rebajar el elevado gasto corriente; no se ha dicho si se volverán a pedir las renuncias firmadas, por anticipado, para no liquidar de acuerdo con la ley a los corridos; aunque se puede hacer y luego mandar a “Lito” a decir que no dijo o que se equivocó, que ya mudó de parecer, o que los periodistas entendieron mal. En lugar de regresar al aparato burocrático a un tamaño ajustado y cancelar tantas áreas nuevas e innecesarias, se decide achicar la Secretaría de Turismo, que engrandecía a un estado no turístico y que no representa decimales de punto en el ahorro. Hasta ahora son éstas, las únicas medidas imaginativas de Sefin. ¡Cubriendo apariencias y cabeceando para el lado del golpe!