¿Por qué se tienen que juntar firmas?
UN PUEBLO UNIDO a su gobierno no tendría que juntar firmas, hacer mítines, pegar calcomanías, desplegar mantas, declarar en los medios de comunicación o marchar por las calles gritando consignas, para decir a su autoridad que no está de acuerdo con una iniciativa o que considera una amenaza social la imposición de una ley. ¿Dónde está la generosidad del gobierno, dónde reside su sensibilidad social?
¿QUÉ URGENCIA POLÍTICA justifica al gobernante el pasar con la aplanadora del poder sobre su pueblo? No es correcto que “prioridades políticas” se erijan sobre intereses sociales. Los tiempos que corren son de disensos y de desencuentros, la cordura aconseja evitarlos, desde el gobierno y desde la sociedad, hacer todo lo posible por mejorar el estado de las cosas. No debe, entonces, imponerse iniciativas de ley que contravengan los intereses de la mayoría, ignorando su inconformidad ciudadana, incluso retándola.
APRENDÍ EN LA MAESTRÍA de Administración que cuando se habla de paradigma, bien puede explicarse como las reglas del juego. ¿Quién puede cambiar el paradigma en una comunidad? Constitucionalmente el Gobierno dicta las reglas, las hace leyes para que todos las cumplamos y así se garanticen armonía y paz social. Para gobernar con sabiduría y con mayoría, para mantener la gobernabilidad, se requiere de algo más, un algo sustancial, dictar reglamentaciones que desde el inicio reflejen la intención de la mayoría y
que no sean motivo de divisiones y de enfrentamientos entre coterráneos, que no obliguen al pueblo a enfrentarse con su gobierno.
CUANDO UN GOBIERNO utiliza argumentos mediáticos para justificar una iniciativa, refleja desesperación. Ver frustrada una ley que alguien desde el Gobierno imaginó como de alto impacto central, para buscar reflectores allende su pueblo, pudieran explicar lo lejano que el tema que se pretende hacer ley está de los intereses de la sociedad que se gobierna. Si esa es la situación, está mal todo desde el inicio. Consultar al pueblo, desplegar una consulta ciudadana extensa, y difundir sus resultados ampliamente, es lo
conducente. Consultar a grupos sociales no a los expertos nada más. No se trata de justificar la ley en aras de lo científico, se trata siempre de estar con la mayoría de la sociedad y no contra ella.
ES TIEMPO ELECTORAL (tiempos de exacerbación de sentimientos), es ahora cuando el gobierno decidió anunciar una iniciativa que afecta a la sociedad. Alguien adivina, desde el poder, que la gente estará ocupada en las elecciones y le pasará de noche un tema tan grave como el del aborto (por ejemplo), pues que equivocados están. Más de 25,000 firmas se juntaron, quieren 100 mil, pero pueden ser un millón; no sé si eso servirá al pueblo; no sé si ver reunido a un millón de personas en su contra en este tiempo, le resulte
amable al gobierno.
POCOS TEMAS UNEN a la sociedad, pocas razones de peso hay para dejar todo y marchar juntos para defenderlo. El sí la vida es un tema, de éstos tan pocos, que unen a los distintos incluso a los enfrentados de siempre, que reúnen a patrones y a obreros, que suma a derechas e izquierdas, que reúne iglesias con incrédulos. No retemos a la sociedad cuando la vida está de por medio.
NO AL ABORTO, NO A LA MUERTE DE INOCENTES INDEFENSOS… ¡SÍ A LA VIDA!






