Redacción: Kevin Jared Martínez Márquez
La educación tiene importe
Desde mi perspectiva, una justa y decisiva, la educación siempre tendrá un importe determinado. Todo cuesta, sobre todo, cuesta dinero. He estado escuchando y leyendo anuncios de un tal partido político de nuestro país que lleva como nombre un color, ese tinte que tienen las hojas de la mayoría de los árboles en época primaveral, en los cuales se establece el rechazo a las «cuotas escolares».
Todo lo anterior es una potencial pamplina. El educar, el brindar valores y conocimientos tiene un precio, y para mí, debe de tener un costo alto, puesto que no estamos hablando de cualquier cosa.
Ese partido político del que hago alusión, pienso que todo lo hace a sus «conveniencias», únicamente para atraer público de apoyo, ya que se valen de la ignorancia de las personas, de la ignorancia del mexicano.
Pienso que los padres de familia deben de pagar estrictamente una especie de colegiatura en las escuelas públicas, puesto que sus hijos utilizan los inmuebles, y en la mayoría de los casos, sus «demonios» destruyen las pizarras, los pupitres, las paredes, los vidrios y los sanitarios.
Se tiene que pagar por los servicios en uso, como lo son la energía eléctrica y el suministro de agua potable.
Esos padres que dicen que no cuentan con el dinero necesario, a decir verdad, es una completa mentira. Tienen para que su hijo desayune dos o tres veces en la escuela (frituras, sopas instantáneas, golosinas), tienen para que el padre se dé su «lujo del vicio», tienen para que la «señora» se transforme en un monstruo en una peluquería, pero nunca tienen para las míseras colegiaturas.
Tengo la solución: «sin dinero…, edúquelos en casa». Es así de simple. Me dan lastima los partidos políticos que se aprovechan de la pobreza mental del ser humano. Todo lo anterior sucede por el deseo de ostentar poder absoluto.
En este artículo hago alusión exclusivamente a los padres de familia «falsamente torpes». Estoy a favor de brindarles ayuda económica a los padres que «realmente» lo necesitan, pero no a esos «vándalos pulgosos».
Recuerde que todo lo esencial y vital tiene importe. En cuanto a los que siguen a un partido político en especial, solo les diré que se dejan pisotear porque así lo quieren. Esta fue una opinión, posiblemente, una verdad.






