En el mundo globalizado y neo-liberal en el que vivimos, suceden una serie de acontecimientos que son de gran preocupación. Veamos algunas muestras de hechos perturbadores a lo largo de nuestro país. Desde Baja California hasta Quintana Roo, no solo se observan dramáticos incidentes de violencia criminal sino apatías gubernamentales y debilidades institucionales. En Quintana Roo se atribuye al gobernador Roberto Borge Angulo de intentar acallar voces críticas. Tal circunstancia obstaculiza seriamente el ejercicio de las libertades de información y expresión, a la vez que hace patente la debilidad de la opinión pública y las deficiencias de la cultura política-democrática.
Guerrero produce terror e indignación. Como se sabe, esta entidad tiene severas privaciones económicas y sociales, a la par que tiene, una bien ganada fama de tierra brava. La violencia siempre ha despuntado en el estado, aunque se ha agudizado al menos los últimos dos sexenios. Y fue en Iguala donde ocurrieron los sucesos más perturbadores e inauditos que hoy son noticia nacional.
Como respuesta al “secuestro” de autobuses por parte de estudiantes normalistas de Ayotzinapa, policías municipales y comandos armados no identificados dispararon, en distintos lugares y momentos, en contra de los estudiantes y otras personas, dejando seis muertos, 25 heridos y 57 estudiantes desaparecidos. “El uso excesivo de la fuerza” por parte de los policías municipales, como señaló el procurador estatal, Iñaky Blanco, está más que claro. La autoridad debe esclarecer si esos policías actuaron de manera irracional, o si son un brazo armado del crimen organizado.
Otra situación que llama la atención es que esta matanza ha ocurrido en una entidad federativa gobernada por el PRD, y en un municipio también dirigido por el PRD. Se trata de una administración que ha negado el cumplimiento de las demandas de los estudiantes normalistas y que hoy la mantiene entre la espada y la pared. Por lo que hay voces que se preguntan: ¿es posible seguir creyendo que el PRD representa una oposición a la política hegemónica de Estado? ¿Se puede todavía sostener que el PRD es un partido de izquierda, ajeno a la lógica de Estado?
Otra muestra de preocupación se da en el Estado de México, al menos desde hace una década, el crimen azota a la entidad. Entre el 2003 y 2013 crecieron de manera preocupante los secuestros, el robo con violencia y el robo de vehículos. No obstante, bajo el gobierno de Eruviel Ávila se han inscrito picos nunca antes vistos de violencia. En el 2012 ningún municipio mexiquense se colocó dentro de “los 20 más violentos del país”, pero en el 2013 fue la entidad federativa con el mayor número de municipios (cinco) entre “los 20 más violentos del país”. Y esto se suma a los hechos ocurridos el 30 de junio en Tlatlaya.
Mientras esto sucede en nuestro país, en donde no podemos alcanzar las tasas de crecimiento que necesitamos, en la China moderna, el país con los más altos índices de crecimiento económico de las últimas décadas, particularmente en Hong Kong, la rebelión estudiantil y de la clase media más acomodada, apoyada por los sindicatos libres de trabajadores sigue creciendo. La experiencia China muestra que las rebeliones democráticas y sociales tomaron siempre la forma de estallidos callejeros encabezados por los estudiantes y después, al desarrollarse, contaminaron a los sectores más avanzados de los oprimidos de las ciudades, a grupos importantes de obreros y a otros trabajadores, que extendieron y profundizaron el movimiento. De ahí el silencio de las autoridades de Beijing ante los hechos de Hong Kong, para evitar todo posible contagio.
Las autoridades chinas bloquearon el internet para evitar que se propague el movimiento, pues están conscientes que los movimientos antisistémicos han diversificado sus formas de lucha incorporando las nuevas tecnologías de la información para romper, en la medida de lo posible, con los cercos mediáticos. Sin embargo otras experiencias en el mundo han mostrado que las mediadas de bloqueo de las redes sociales no logran apagar el disenso, ni la exposición de los vicios del poder, por ejemplo, ahí está la valentía de ciudadanos que con un teléfono móvil exhiben una y otra vez los dislates de la autoridad ¿Será que el sistema neo-liberal empieza a mostrar visos de descomposición?
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