Gargamel, ¿Dónde diablos dejaste al Pitufo? Alexia Barrios G. “¡Los atrapare, los atrapare, aunque sea lo último que haga, lo último que haga!”, gritaba el villano Gargamel a los inofensivos pitufos, pero también esa sería la expresión de Felipe Calderón cada vez que exigía a Marisela Morales integrar expedientes de sus adversarios políticos, en especial del PRI, para impedir la conquista de la Presidencia de la República. En ese afán de cumplirle su ex jefe, la labor de la ex procuradora no tuvo empacho en hacer todo lo posible y gastar lo que fuera –claro, del erario público— para complacerlo. Fue por ello que una de las principales herramientas de la justicia que pervirtió, desvirtuó y abusó Marisela Morales fue la figura del “testigo protegido”, cuya misión terminó siendo la del “testigo a modo” para que éste declarara lo que quisiera la Fiscalía a cambio de condonación de penas, pagos por comisiones y becas a familiares, amigos y lo que fuera. Uno de esos testigos a modo de la PGR de Morales Ibáñez fue el apodado “El Pitufo”, el que aparece en la foto de abajo, un ex agente vendido al mejor postor, quien estuvo al servicio de “Los Zetas” y quien presumía tener acceso a información de primera mano de los principales enlaces políticos y empresariales del grupo delictivo. Desde su negociación con la gente de Marisela Morales, encabezado por el denostado militar Avigai Vargas, hasta mediados de 2012, la PGR habría pagado 10 millones de pesos, para que este “testigo” tuviera tratamientos médicos en hospital de primera clase y la operación de bypass gástrico que lo hiciera bajar sus más de 160 kilos de pesos a quedar en 80 kg, además de pagarle 50 mil pesos mensuales como premio por sus declaraciones, así como colegiaturas para sus hijos, una compensación para su cónyuge y otros familiares. El mundo perfecto para un delincuente de alta peligrosidad, un policía traidor del Estado mexicano y un asesino a sueldo, por el sólo hecho de ser declarante en los casos que a la ex procuradora y ex presidente convenían. Hasta hace unas semanas, todo parecía indicar que la ex procuradora Morales y sus principales colaboradores podrían ser llamados a declarar ante la lluvia de denuncias en contra de sus actuaciones extrajudiciales y claros indicios de fabricación de testigos y de pruebas, empezando por llamar a cuentas a José Salvador Puga Quintanilla, el nombre del supuesto “Pitufo, y de pronto nadie sabe dónde está ni cuándo fue la última vez que se le vio. La información de la desaparición del “Pitufo” fue dada a conocer hace dos semanas y en este momento es hora que la PGR no ha dado avance o aclaración al respecto. Extraña desaparición, porque era una pieza clave para que las víctimas de Marisela Morales pudieran tener un juicio justo.
Entre otros, están Javier Herrera Valles, ex coordinador de seguridad regional de la Policía Federal y otros ex agentes, quienes presentaron denuncias penales contra la ex procuradora, a quien acusa de inducir declaraciones de “El Pitufo” para que declarara en su contra. Lo que ha trascendido sobre la ubicación del farsante “testigo protegido” es que lo tienen autoridades de los Estados Unidos o que esté en otro país con otra identidad. Lo último que se sabe es que la PGR el 30 de agosto del 2013 liberó una orden de aprehensión para tener al “Pitufo” en su poder y pudiera ser interrogado sobre las inconsistencias de sus anteriores declaraciones y que la defensa del ex gobernador Yarrington pidió también al Poder Judicial un careo con el dicho testigo, siendo negada por un temeroso juez. Nadie sabe nada. O al menos eso parece ocurrir, con esta desaparición oportuna… oportuna, claro, para la ex procuradora, pues sin “El Pitufo” por ahora seguirá intocable. ¿Estará vivo o muerto? ¿Existió o fue una invención? ¿Si está en Estados Unidos o en otro país, quién lo sacó y por qué? ¿Quién lo sigue protegiendo? ¿Los demás “testigos estrellas” de Morales estarán ubicados y en poder de la PGR o se esperará otra extraña esfumación?… ¿Dónde diablos anda “El Pitufo”. Muchas interrogantes por resolver, y cómo rezara una columna del viejo Excélsior… “AVERÍGUALO, VARGAS… “ alexiabarriossendero@gmail.com







