Dogma de FeFebrero 18 de 2014La increíble y triste historia Ni aún la cándida Eréndira, protagonista junto a su abuela desalmada de una de las novelas clásicas de Gabriel García Márquez, recibió tantas humillaciones y violaciones a su dignidad como pasó hace unas pocas semanas con una jovencita saltillense. Eso sucedió, cuando alguien subió a las redes sociales un video de esta niña mientras sostenía relaciones sexuales. Por supuesto que el video invadió de inmediato el ciberespacio saltillense tornándose en pocas horas en viral y superando en visitas por cientos de miles a los videos que llaman a prevenir el cáncer; o a los que quieren mejorar nuestra educación.Si usted lo vio, lamento decirle que fomentó la pornografía infantil pues ante su éxito, un sitio especializado en ese tipo de vilezas lo exhibe. La joven con muchas dificultades se recuperará del derrumbe de sus memorias, sentenciada por la misoginia que no cede y que intentan justificar el hecho que a todas luces es un delito. Hoy día, la prostitución y la pornografía son después del narcotráfico, el segundo ingreso más lucrativo del mundo ilícito. El tercero es el tráfico de armas. Se calcula que este «negocio» reporta a los involucrados ganancias de más de 32.000 millones de dólares en el mundo. ¿Hasta dónde nos hemos degradado como humanos? Pues en pleno año 2014 aún esclavizamos a 2 millones de mujeres y hombres entre ellos niños y niñas, muchos, obligados a prostituirse.Se calcula que alrededor del mundo, un millón de menores de edad, la mayoría niñas, pero también un número considerable de niños, caen todos los años en las redes del multimillonario comercio sexual. En México de acuerdo a cifras de la UNICEF, son explotados sexualmente entre 80 y 85 mil niñas y niños y ocupamos el primer lugar en difusión de pornografía infantil en el mundo. En nuestro país se han detectado 47 bandas dedicadas a la trata sexual de personas y las entidades con mayor riesgo de que se cometa este ilícito son el Distrito Federal, Baja California, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, Tlaxcala y Quintana Roo.De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para el control de las Drogas y la Prevención del Delito (ONUDD) somos fuente, tránsito, y destino de la explotación sexual comercial y del trabajo forzado. Los más vulnerables son las mujeres y los niños, los indígenas y los migrantes indocumentados. Por supuesto y como siempre, la impunidad y la pobreza son los obstáculos para combatir esta infamia.    Pero hay avances. El pasado miércoles el Senado mexicano aprobó reformas a la ley en materia de combate a la trata de personas para añadir agravantes, nuevas conductas delictivas y sanciones más severas. La reforma ahora precisa la variedad de delitos que pueden ser considerados como trata de personas, como la explotación con fines pornográficos, el turismo sexual de menores de edad, el matrimonio forzado, el embarazo forzado, la servidumbre forzada, para extraer órganos y el reclutamiento forzado en un grupo armado. La ley incluye obligaciones para la autoridad que asista a las víctimas y agrega principios internacionales como la protección a la vida, la dignidad humana, la libertad, la seguridad y los derechos de las víctimas, y establece que se protejan su identidad y cualquier información que pudiera volver a victimizarla. Pero mientras la nueva ley se pone en vigor y llega a funcionar, la vida real se sigue imponiendo pues en México se prostituye a niños y a niñas esclavizándolos y repitiendo día a día el viento de sus desgracias pues algunos adultos enfermos, solo así, logran satisfacer sus vidas miserables, su inmundicia.Esta es la increíble y triste historia, pero no de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. Esta es una historia no del realismo mágico, esto es realismo trágico pues día a día, miles de niños y niñas son obligados a la depravación y tal como Eréndira, quisieran «Correr contra el viento más veloces que un venado y que ninguna voz de este mundo los pueda detener. Llegar más allá de los vientos áridos y los atardeceres de nunca acabar y que jamás se vuelva a tener la menor noticia de ellos y ellas, ni se encuentre jamás el vestigio más ínfimo de su desgracia».@marcosduranf​