DERECHITO A LA CHINGADA
Por Fernando Urbano
Castillo Pacheco
Para Yaya. Por su
invaluable apoyo
en todo momento y en toda decisión.
Para Karen. Con el abrazo
de un hermano,
al convertirse
oficialmente en una
masoquista más del CIDE.
                
Es muy difícil tomar en serio las palabras de quien vive de hacer reír a los
demás, sin embargo, hoy  no puedo más que suscribir las ideas del
comediante estadounidense Groucho Marx, en especial cuando sentencio que: “la
política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico
falso y aplicar después los remedios equivocados”.
Y
digo que hoy suscribo este pensamiento, pues solo definiendo así a la política,
puedo entender la actuación del gobierno del presidente Peña Nieto.
Un
gobierno que en escasos 14 meses, ha dividido su actuación, entre dar una cara
a la comunidad internacional y tropezar en la conducción de la Nación. Un
gobierno que hoy se enfrenta a la alarmante realidad, sin más arma para
enfrentarla, que su repetido, aprendido y aburrido discurso.
Una
realidad que incluye una crisis sanitaria, debido al alarmante incremento en el
número de infectados por la influenza AH1N1, cuya aparición en 2009 se
consideró emergencia nacional y que hoy, ni siquiera es motivo de preocupación
para el gobierno. Un gobierno, que no toma una sola medida para evitar que los
casos aumenten, aún y cuando al día de hoy, el número de mexicanos muertos por
causa de esta enfermedad es mucho mayor al que obligó a actuar al gobierno de Felipe
Calderón.
Una
pasividad gubernamental que se hace sospechosa, si se considera lo que se ha
dicho, de que el año 2014, es aquel en que proseguirá el ímpetu reformista del
Presidente, con grandes reformas en los sistemas de salud y de seguridad
social.
Por
otro lado, a tan solo 15 días de que se implementaran las nuevas disposiciones
fiscales, empiezan estas a mostrar sus consecuencias.
Los
niveles de inflación dieron un salto, en la primera quincena de enero, de 0.68%
para ubicarse en una tasa anualizada de 4.63%.
Está
más que claro, que este año tendremos niveles inflacionarios más altos que los
inicialmente anunciados y el gobierno no tiene ningún interés en controlar el
incremento de precios, pues la primera medida a tomar, sería el frenar el gasto
público y ello haría innecesario, el haber solicitado un nivel de endeudamiento
del 3% del PIB.
Desde
que se planteó la política fiscal del 2014, el Presidente había considerado ya
las ideas keynesianas para crecer con inflación; que no lo hubiera dicho, eso
es otra cosa. Que hoy se sientan sorprendidos y afirmen que solo es cuestión
temporal y una tasa manejable, tiene sus asegunes.
Y
los tiene, porque no hay tasas manejables para quienes no saben manejar las
finanzas nacionales, para aquellos que en cuatro ocasiones bajaron sus
perspectivas de crecimiento en 2013; de la misma manera que no hay cuestiones
excepcionales, para quienes en el pasado demostraron, que son profesionales en
hacer de la excepción, la regla.
El
nuevo PRI, hace lo que el viejo PRI, por una simple razón: Chango viejo no
aprende maroma nueva.
Y
es que el gobierno de la república se ha equivocado en sus acciones y lo
pretende disfrazar en el discurso; sin embargo, carga como mayor equivocación,
el haber creído que una serie de reformas, más económicas que políticas, los
sacarían de cualquier problema.
El
presidente ha pasado por cuanto foro se le ha abierto, presumiendo, primero el
pacto por México, y después, la serie de reformas impulsadas, principalmente la
energética.
Es
cierto, de inicio, genero una muy grata primera impresión, pero es muy triste
que hoy los hechos entierren el discurso.
El
pacto por México, ya no existe. Y a la distancia se ve que fue una muestra de
la habilidad del priísmo que pudo crear un instrumento, aparentemente plural,
que solo sirvió a los intereses del partido en el poder.
Las
reformas en su mayoría, no han sido reglamentadas, al no haberse expedido su
legislación secundaria y en el caso de la reforma educativa, su plena
aplicación se aprecia tan confusa como distante.
Enrique
Peña Nieto, ya no puede vivir del discurso. Su imagen se está desgastando y
hoy, solo lo podemos ver como el muchacho chicho de una película chafa.
Y
es que el presidente fue exhibido en Davós. El tema de la inseguridad, que él
se resistió a tocar en su mensaje, fue hábilmente llevado al foro por conducto
de su anfitrión.
La
respuesta además de triste, es la muestra de la impotencia, ya que el hecho de
que el presidente diga, que le ha pedido a los grupos de autodefensa, particularmente
de Michoacán, que se integren a los grupos policiales para que puedan
desempeñar una labor de brindar seguridad, es un acto de verdadero abandono del
poder en ese estado.
Es
increíble, que un grupo de hombres armados ilegalmente, más allá de sus buenas
intenciones, sea tolerado y en los hechos admitido, solo por los buenos
propósitos que se persiguen. Esta actitud, es un verdadero rompimiento del
estado de derecho, con nefastas consecuencias para todo el país.
Un
gobierno que permite que la ley se aplique al contentillo de un grupo de
revoltosos, se está condenando a dejar de ser gobierno.
Y
es que, además de todo, el gobierno apoya su discurso en pantomimas.
Se
hizo un gran anuncio de la estrategia para atender el problema en Michoacán. Llegaron
camiones, llenos de soldados y de federales que, según se dijo, llevaban la
consigna de devolver la paz al estado.
Lamentablemente,
lo primero que hicieron fue atacar a un grupo de civiles, causando la muerte de
cuando menos uno, e irónicamente, cuando dirigen una operación contra
templarios en unión de autodefensas, se resisten a entrar a las rancherías y
poblados donde se les informa que se encuentran estos.
Queda
de duda, si podría ser aplicable aquella consigna que le gritan los michoacanos
a las fuerzas armadas: “con el pueblo, muy cabrones; con el narco, maricones”.
El
frágil equilibrio impuesto por los militares, está a punto de romperse, debido
a su propia inactividad.
Si
esto fuera poco, la corrupción pulula en el país.
La
clase política y la alta burocracia, esta tras del presupuesto, la comisión o
el moche. Y esto es en toda la clase política.
Nuestros
políticos, son como aquellos hombres a los que Benjamín Franklin, definía como
criaturas tan raras, en las que la mitad censura lo que practica y la otra
mitad, practica lo que censura. Menuda tragedia, un atajo de hipócritas
embusteros.
No
hay tiempo para más equivocaciones. Nadie duda que el presidente Peña Nieto ha
movido a México, lamentablemente la ruta es incierta y el camino más visible,
es aquel que va, derechito a la chingada.
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en Twitter: @niniodeoro