Ayer entraron en funciones las 38 nuevas administraciones municipales del estado de Coahuila de Zaragoza. Los tres municipios con mayor población, Saltillo, Torreón y Monclova, albergan a las ciudades de más habitantes. Estos nuevos ayuntamientos –los municipios en México se gobiernan por órganos colegiados que concentran las funciones ejecutivas, legislativas y judiciales- tienen la gran responsabilidad de impulsar el desarrollo de las ciudades que llevan el mismo nombre que los municipios. En el caso de Monclova y de Saltillo, los presidentes municipales son de extracción blanquiazul, y en Torreón, tricolor.Afrontar el reto de gobernar en la época de la globalización es muy complejo. Los vaivenes de la economía en cualquier parte del mundo inciden de una u otra forma en las economías locales, y no se digan las cuestiones de incertidumbre e inseguridad. El mundo de la internacionalización de las finanzas ha cambiado las formas de gobernar. En el caso de las ciudades, los impactos se sienten cada día y no siempre para bien.Antes de la caída del muro de Berlín, la forma de gobierno implicaba una administración fundamentalmente de servicios dentro de la jurisdicción municipal; con tareas y competencias gubernamentales claras; formar coaliciones con otras administraciones no estaba en la vida diaria; se hacía planificación urbanística pero no se tenía casi ninguna responsabilidad sobre el desarrollo económico, y el alcalde era controlador de su organización política local, capaz de negociar y obtener beneficios del poder central. Como bien lo sostiene Joan Prats, esto no es todo.Hoy, el Ayuntamiento actúa en competencia con autoridades representativas de otros niveles y otras regiones. Participa en una comunidad metropolitana local y en varias organizaciones intermunicipales. El desarrollo económico es una obsesión; experimenta con privatizaciones, ONGs y los instrumentos de la nueva gestión pública, experimenta con gobierno electrónico; el mapa de actores se ha hecho más complejo y fragmentado; el rol de los partidos, la cultura civil y política han cambiado. Su conexión con ellos también y la oferta diaria de amenazas y oportunidades, de productos y servicios, de problemas y soluciones… a través de los medios de comunicación, el sector privado y las organizaciones civiles… parece inmanejable…Prats nos señala que las ciudades sólo pueden ser locomotoras del desarrollo nacional y arrastrar al conjunto de la economía si son capaces de crear un clima adecuado para los negocios con servicios atractivos, infraestructuras urbanas y calidad de vida en general; y especialmente si se esfuerzan en buscar la colaboración entre el sector público, el privado y las asociaciones y grupos comunitarios. El factor crítico para el buen gobierno de la ciudad es la capacidad para gestionar estas redes de actores.La globalización no sólo nace en las ciudades, sino que se asienta en las mismas, consistiendo fundamentalmente en las redes por las que circulan flujos entre ciudades. Ello es así porque: (1) la población mundial se concentra en las ciudades, (2) la interdependencia territorial se produce entre ciudades, (3) las ciudades son el espacio de encuentro y reconocimiento intercultural, (4) la economía del conocimiento requiere de entornos urbanos, (5) la sociedad del conocimiento se estructura en ciudades educadoras, (6) los problemas globales requieren respuestas urbanas y, (7) los desafíos de la democracia son en gran parte desafíos urbanos.Pero la globalización, al reestructurar el territorio, ha cambiado el concepto de ciudad. Ésta hoy desborda la realidad concreta de un territorio y una población sobre la que ejerce jurisdicción una administración municipal urbana. La ciudad incluye y desborda el concepto de municipio. Esta es la nueva realidad.Con la industrialización, la aglomeración urbana desbordó los límites municipales, se hizo polimunicipal. El crecimiento plurimunicipal de una misma urbanización puso sobre la mesa o bien la extensión de los límites territoriales del municipio central o la creación de áreas metropolitanas, no de nuevos estados. Hacia finales de los 90, la tendencia en política metropolitana era dotar al área metropolitana de una estrategia territorial más que de una planificación territorial o urbanística clásica. Hoy las ciudades tienen la palabra.jshv0851@gmail.com







