El 2014 de Peña Nieto, ser o no ser Alexia Barrios G. Desde mi punto de vista y luego de revisar las tendencias políticas, sociales y económicas, el 2014 es un año de grandes desafíos para el gobierno de Peña Nieto, en el que tiene que demostrar a los ciudadanos para qué sirvieron sus reformas y que éstas se traduzcan en mayor empleo, mejor nivel de vida y elevar la calidad de los sectores que tanta controversia causaron en años anteriores como el educativo, el energético y de las telecomunicaciones, además de fijar a la brevedad cuáles serán su propuestas en materia de combate a la corrupción, fortalecimiento de la transparencia, el nuevo diseño de las instituciones electorales y el modelo económico a seguir para revertir la situación actual macroeconómico y sobre todo, a nivel micro. En este orden de ideas, considero como preocupantes los siguientes temas para el 2014: Uno. La gobernabilidad. El gran reto es que Peña Nieto y sus aliados coyunturales no sucumban ante las acciones desestabilizadoras que se esperan estallen con mayor fuerza el1 de enero de 2014, a 20 años del surgimiento del EZLN y que ahora podrían ser otros los actores que hagan su aparición. Pero no sólo para Peña será el reto, sino también en entidades donde los gobernadores son débiles y poco eficientes, como ha ocurrido desde el inicio de la Presidencia con los estados de Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas, no sólo por el magisterio disidente y la corrupción de sus funcionarios, algunos coludidos con grupos delincuenciales, sino por el incremento del paramilitarismo. Dos. La seguridad. Ya no ha pretextos ni justificaciones para que el gobierno de Peña siga evadiendo como un tema más preocupante que los medios comunicación, la población y la opinión pública registran y perciben. Para nadie ya es un secreto que niveles de violencia se mantienen en los mismos niveles que el sexenio pasado, incluso que delitos como el secuestro y la extorsión han aumentado a niveles históricos. El gabinete de seguridad está obligado a dejar de mentir y de reconocer errores, de lo contrario, tendrá el mismo fin que el nefasto sexenio de Felipe Calderón. Tres. La SCJN. Por supuesto que nadie quiere un regreso al pasado ni que la división de poderes será un mito, pero la Corte y los tribunales de justicia estatales son un fiasco, sobre todo por los casos controversiales heredados por la pasada administración, la liberación y exoneración de personajes de alto perfil, entre otros asuntos que han puesto a la justicia en contra de la sociedad. Para el gobierno peñista y los partidos representados en el Congreso, será fundamental echarle el ojo y buscar cambiar esta triste situación donde siguen prevaleciendo los presuntos culpables mientras los ministros siguen ganando y viviendo como jeques. Cuatro. La frivolidad. Los gobernadores y políticos que han puesto el escándalo como fórmula para mantenerse vigentes, cual virreyes. Esto ocurre en Chiapas, con Manuel Velasco, quien no tiene freno para explotar al máximo el gasto publicitario como lo han denunciado en todos los medios. También pasa en Jalisco con Aristóteles Sandoval y las críticas por el papel de su padre en su administración. En Veracruz, donde el mandatario Duarte piensa que todos sus ciudadanos son tontos para no darse cuenta de las idioteces que promueve. En Sonora con Guillermo Padres y la falta de respuesta a los yaquis inconformes; en Tabasco con Arturo Núñez que sigue inculpando a su antecesor sin dar avances concretos. Pasa en Guerrero, con un mandatario alcoholizado de poder y soberbia. En Morelos, donde Graco Ramírez no da una, pero ya piensa que puede ser presidenciable. Y pasa en Oaxaca, donde Gabino Cue de plano ya se dio por vencido y hace todo para que el PRI retome el poder. Cinco. La justicia social. Si Peña no quiere que la Cruzada contra el Hambre sea un mero discurso y una mera ocurrencia, debe pensar en dar resultados a la brevedad. Queda claro que su estilo de gobierno ya enterró las políticas populistas que dieron aire por mucho tiempo a las administraciones priistas, pero muchos esperan alternativas, pues el asistencialismo ha permitido vivir a miles de familias de extrema pobreza. Seis. Miguel Mancera. Si el consentimiento al jefe de Gobierno de parte de Peña sigue como va, nunca dejarán de señalar a éste como un “traidor” a las izquierdas que lo llevaron al poder y por lo tanto, las tribus, no cesarán en su empeño para que pida licencia, renuncie o su “sana distancia” sea efectiva para que el 2015 y 2018 sea de ellos. Un problema grave si se toma en cuenta el incremento de movilizaciones sociales callejeras como no ocurría desde antes de 1997. Siete. Las grandes obras de infraestructura. Ya tiene Presidencia de la República un presupuesto histórico para gastar en 2014, esperemos entonces que ya inicien las grandes obras, no digamos una refinería, pero al menos sí sea cierta la construcción de la ampliación del AICM, de nuevas autopistas y que la red ferroviaria tome ya forma. Al gobierno de Peña le quedan ya cinco años solamente y eso es lo que tarda construir un aeropuerto nuevo. Ocho. El PRI. ¿Es conveniente que Peña mantenga el nombre del PRI luego de las reformas recién aprobadas? ¿Se pueden decir “revolucionarios” cuando son en realidad reformistas liberales? El PRI regresó al poder y modificó sus estatutos para que se llevara a cabo la reforma energética, principalmente, pero en los hechos ya se transformó la esencia de la Constitución del ’17 y por ende la razón de ser del PRI. Nueve. El gabinete. Cuándo se darán, nadie lo sabe, pero de que son necesarios lo son, pues hay tres o cuatro secretarios que diariamente se agotan y desgastan mientras otros siguen prácticamente inexistentes, como la caca de perico: “ni hieden ni huelen”. Ya pagó la cuota del primer año de mamar del presupuesto, ya es hora de darles las sentidas gracias a más de la mitad de ellos. Y Diez. Los medios de comunicación. El año próximo arranca la licitación para nuevas cadenas de televisión abierta, además de que el mundo mediático ya no es el mismo con la presencia activa de medios alternativos, como son blogs y portales, por lo que la Presidencia también cambiar su política publicitaria y de construcción de agenda, donde los medios tradicionales eran quienes marcaban las pautas. Ya no es lo mismo. Además, no pierdan de vista que probablemente Carmen Aristegui no logre renovar contrato con MVS, que llega el vocero del calderonismo, Ciro Gómez Leyva a noticiero matutino, que los medios políticamente correctos prácticamente quedaron infartados por el mismo asunto de todos conocidos. Vienen cambios, eso que ni qué; lo que no sabemos es si estará preparado el gobierno peñista trabajando para esa nueva realidad. PD 1: Las cosas en Guerrero no caminan bien para Ángel Aguirre, pues el congreso local rechazó su propuesta de presupuesto de egresos 2014. Los priistas encabezados por Héctor Astudillo Flores, Julieta Fernández Márquez y Héctor Apreza Patrón, explicaron su rechazo debido a “distintas irregularidades presupuestales que afectan las funciones de la LX Legislatura y la calidad de vida de los guerrerenses”. Astudillo Flores, señaló que en el Presupuesto de Egresos 2014, por un monto de 42 mil 417.8 millones de pesos, las tablas de cálculo son incorrectas; hay una subestimación de ingresos y en consecuencia, un ocultamiento en los montos de los egresos. PD 2: Por mi lado, aprovecho este espacio para desearles felices fiestas. Nos seguimos leyendo en este espacio mientras ustedes me lo permitan. alexiabarriossendero@gmail.com







