Difícil de leer…
De acuerdo con los últimos resultados publicados, México ocupó el último lugar entre 34 naciones evaluadas en 2012 por la OCDE en matemáticas, lectura y ciencia, de acuerdo al Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés).Según este organismo, el 41% de nuestros alumnos mexicanos no alcanza el nivel de competencias BÁSICO en lectura, es un problema grave, nuestros niños y jóvenes no están comprendiendo lo que leen… ¿y nuestros adultos?Según los resultados de un estudio publicado por la UNESCO el año pasado, en México, el adulto leeaproximadamente 2.8 libros al año, promedio bastante bajo comparado con otros países del mundo, donde por cierto, quienes encabezan las listas con mejores resultados educativos, son casualmente los países que más leen en promedio por adulto. ¿Casualidad?Pero, ¿cuál es la raíz de fondo?Según algunos estudios, la lectura por parte de los padres hacia los hijos en la primera infancia, tiene estrecha relación con el aprovechamiento académicoen edades escolares, la estimulación inicial entonces cobra un factor clave, sin embargo, aquí no tenemos esa cultura, ni tenemos la cobertura necesaria en el nivel, ni el padre de familia conoce las ventajas de este tipo de estimulación cognitiva en la etapa inicial del desarrollo, y aunque la conociera, ¿podríamos pensar que una persona en situación de pobreza, podría darse el lujo de tomar un libro y un café para disfrutar de un momento de lectura?, se me ocurre que es difícil, a esto, añadamos que en México, se encuentran 53.3 millones de personas en esta condición, de acuerdo con el Coneval 2012 y si tomamos en cuenta que somos 112.3 millones de habitantes (INEGI, 2010) tendríamos que ese 53.3 representa al 47.4% de la población, número similar al porcentaje de niños sin un nivel básico en lectura. ¿Curioso no?En un país donde los adultos leen 2.8 libros al año y con condiciones socioeconómicas tan disparejas, es difícil imaginar que sus niños serán buenos lectores, y aunque se tienen ligeros avances con relación a años anteriores, nos llevaría décadas alcanzar el promedio de la OCDE.La situación socioeconómica en México no es buena, con sueldos tan bajos, precios tan altos, la misma vida se convierte en un juego de supervivencia, donde la gente “se rasca con sus propias uñas”, donde la educación pasa a un segundo plano, donde cada sexenio, las políticas educativas cambian y no se da continuidad, donde la política y sus altibajos arrastran al sistema educativo, donde se le exige al maestro, pero al padre de familia se le condona todo, donde se le vuelve a exigir al maestro, pero el gobierno no hace su trabajo, donde se nos compara con los mejores pero en desigualdad de condiciones, en un país casado con la cultura de la evaluación resultadista y no con la evaluación de procesos y aprendizajes como medio de retroalimentación, desde aquí, es donde nos preguntamos, ¿hasta cuándo?Ya son décadas las que han pasado desde que grandes investigadores han demostrado cómo un sistema educativo funciona por el correcto engranaje de tres factores, gobierno-maestros-sociedad, pero en México, solo se le exige al maestro.En este país donde la Ley General de Educación prevé que las televisoras trasmitan contenido acorde a los fines de la educación pero que lejos de hacerlo, nos llena de contenido basura y luego hipócritamente salen a quejarse de los pobres resultados, aún ycuando hay diversos estudios como el publicado por la universidad alemana de Würzburg, donde se concluyó que mayor tiempo frente a la TV afecta el desempeño escolar de los menores, resulta muy complicado, pero eso, ¿a quién le importa?, a nadie, porque son las televisoras las que manejan el país y a la sociedad, por eso la culpa solo será del maestro.La política partidista en México ha perjudicado a nuestro sistema educativo y con ello a la sociedad, por eso Vasconcelos atinadamente dio autonomía a laUniversidad, habría que analizar si lo correcto sería hacer lo mismo con la SEP, digo, pos’ ya que… ya me cansé de contar tanta reforma que nada más no acaba ni por llevarse a cabo y menos por dar resultados, no es cuestión de reformas, eso es solo la forma, no el fondo.Con tanto y con tan poco, al pobre maestro solo le queda decir como dijo aquel…”ayúdame manito…”







